Rusia logra su primer título de campeón del Mundo masculino

Un año después Nikita Nagorky, la estrella rusa, volvía a tener la misma responsabilidad que en Doha 2018. Otra vez tenía que subirse a la barra fija, con el fallo de Qatar en la memoria, el que impidió que Rusia se colgase el oro en el último suspiro de campeonato. La historia se repetía para el ruso, que se encomendaba a todos sus iconos para encontrar otro desenlace. Es cierto que en Stuttgart el ruso tenía ventaja, porque antes se había caído de la barra el chino Sun Wei, y sólo necesitaba 13,470 puntos para darle el oro a su país; no se trataba de especular, pero sí de poder controlar los impulsos. Sus compañeros se unieron en un abrazo para ver el último trabajo de Nikita, un ejercicio sólido, de 14,466, suficiente para conquistar el Mundial con casi un punto sobre China: 0,997; 261,726 para los rusos por 260,720 para los chinos, con el Japòn en tercer lugar, sin Uchimura, avisado para Tokio: 258,159.

Ampliar

Más allá de la competición en si, la medalla de oro tiene un gran significado en la gimnasia internacional: es el primer campeonato del mundo que gana Rusia como país, y el primero que consigue Europa desde 2001, cuando Bielorrusia dio la campanada. Desde entonces China y Japón se han alternado el dominio, con los rusos en puestos de vanguardia, pero sin dar el gran paso. Desde que cayó la URSS en 1991, la gimnasia rusa estaba en retroceso con la salida de sus entrenadores más jóvenes a las ofertas de trabajo en los gimnasios de Estados Unidos.

A menos de 10 meses de los Juegos Olímpicos, Rusia presenta sus credenciales frente a una decepcionada China, que no ha podido mantener el Stuttgart el título de Doha, y ahora plantea la revancha para el viernes, en la final individual general, donde los rusos han metido a Nikita Nogorny y Artur Dalaloyan con las mejores notas de los finalistas, delante de los chinos Xiao Ruoteng, tercero, y Sun Wei, quinto, el del fallo de hoy en la barra; y Japón tiene al cuarto en discordia, Kazuma Kaya.