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BOXEO

Dickens apaga a Carlos Ramos

James Dickens derrotó por decisión unánime al español Carlos Ramos en el York Hall de Londres en la primera ronda del torneo Golden Contract.

James Dickens celebra su victoria ante Carlos Ramos.
REUTERS

James Dickens apagó el 'sueño dorado' de Carlos Ramos en el York Hall de Londres. Ambos se enfrentaban en la primera ronda del torneo Golden Contract de MTK. El hispano-ecuatoriano se enfrentaba a una prueba muy exigente, y es que el inglés tenía 18 combates y 100 asaltos más. Comenzó bien Ramos, pero con un boxeo ortodoxo, mucho ritmo y sin cometer errores el local se llevó con claridad el combate a los puntos. Lo hizo por decisión unánime (97-92, 99-91 y 97-92) y retuvo el IBF Europeo del pluma, lo que deja a Ramos sin poder disputar un año títulos EBU y perdía de manera automática el Campeonato de la Unión Europea que poseía (si ganaba se colaba entre los mejores del ranking mundial IBF).

Ramos salió extramotivado, como en sus dos combates anteriores (ante Larrinaga y Najib), y marcó el ritmo en el primer asalto. Tomó el centro del ring, sacó manos muy duras y se quitó los del inglés. Ese era el camino que debía seguir si quería ganar, pero desde el segundo acto todo cambió. Dickens vio que tenía que meter ritmo y según subía el inglés bajaba el hispano-ecuatoriano. Ramos comenzó a dejar demasiado tiempo entre acciones. Golpes aislados, confiando en su pegada, pero sin continuidad. Todo lo contrario hizo el de Liverpool. Fue continuo y la experiencia hizo el resto. Bien tapado, sin cometer fallos decantó el duelo.

Tinín Rodríguez le intentaba encender en la esquina, pero Ramos estaba de nuevo, como le ocurrió en Estados Unidos, en stand by. Sacaba golpes duros, se quitaba muchas manos, pero se dejaba conectar algunos demasiado sencillos y no daba continuidad en su boxeo. En el cuarto round Ramos llegó a ir al suelo. Recibió dos jabs y en un enganchón de piernas se cayó. Caída dudosa, pero sabía que peleaba en casa del rival y ante la duda... Poco iba a variar el resultado final, porque el hispano-ecuatoriano siguió siendo intermitente hasta el final. En el octavo asalto encontró una izquierda recta clarísima, pero Dickens la tomó y desde ese momento no corrió riesgos. Hizo lo justo, sin arriesgar, para ganar. A Carlos Ramos le toca iniciar el camino de nuevo.