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Japón tumba a Rusia y al miedo escénico

Una pájara inicial hizo peligrar el triunfo nipón en el partido inaugural de su Mundial. La respuesta, hat-trick de ensayos de Matsushima y bonus ofensivo.

Japón tumba a Rusia y al miedo escénico
CHARLY TRIBALLEAU
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Iba para thriller y se quedó en telefilm. La puesta en escena del Mundial, en un Tokio Stadium hasta la bandera, siguió casi al dedillo el guión preestablecido. Japón, la anfitriona, ganó a Rusia (30-10) en el partido inaugural y sumó el bonus ofensivo que otorga anotar cuatro o más ensayos.

Sólo hubo un giro inesperado (o no) en la trama. La pájara nipona en unos diez primeros minutos con tintes de vodevil. Con Leitch e Himeno incapaces de ponerse de acuerdo para amarrar el oval tras el kickoff, cediendo la primera posesión a los Osos, y con Tupou derritiéndose como mantequilla ante una patada de Artemyev que acabó recogiendo Golosnitsky para posar el primer ensayo de Rusia.

Los nervios quedaron despejados poco después cuando Japón, tras varios errores de manos (será la cacareada humedad), encontró al fin la fluidez en ataque y a Matsushima en su flanco derecho. Fue la primera de cuatro, de ellas dos más convertidas en posados, uno en cada tiempo, por el ala con certificado de nacimiento sudafricano y pasado australiano que ya es el primero en anotar un hat-trick mundialista para las Flores de Cerezo (Artemyev, con un placaje salvador, evitó el póquer).

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La cuenta la completó Labuschagne, otro japonés adoptivo, en el arranque de la segunda mitad. Interceptó un pase dirigido a Ostrikov a la altura de medio campo y ya nadie pudo pararle en su camino a la gloria. Fue un doble triunfo para el Sol Naciente: contra su rival y contra el miedo escénico.

Por lo demás debut soso, que no hizo sino aumentar las expectativas para un sábado que apunta a ser la verdadera mascletá con Nueva Zelanda encarando a Sudáfrica y Francia, a Argentina.

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