"Soy un abuelo raro"

A una persona de 80 años no se la tutearía nunca. Pero cuando la voz de Carlos Soria, que los cumplió el pasado 5 de febrero, entra como un torrente juvenil por el auricular del teléfono, no hay más remedio que abandonar el usted. Es sólo un chaval mayor que acaba de caminar 150 kilómetros con 9.000 metros de desnivel, en 12 días, por el Valle del Khumbu, en el Himalaya, durmiendo dos noches a 5.200 metros con el objetivo de aclimatarse para atacar ya los 8.167 metros del Dhaulagiri, uno de dos ochomiles que le faltan para culminar su reto de convertirse en el alpinista de más edad en subir los catorce.

"Soy un abuelo raro"

Carlos Soria consiguió el reto de ascender a las 7 cumbres más altas de los 7 continentes con más de 70 años: Elbrus (Europa-1968), McKinley (América del Norte-1971), Aconcagua (América del Sur–1986), Everest (Asia-2001), Mont Vinson (Antártida – 2007), C

Carlos Soria asciende durante la Expedición al Dhaulagiri en 2011.

Carlos Soria en la Expedición BBVA al Kanchenjunga en 2013.

Carlos Soria en la cima del Kanchenjunga (8.586 m) en 2014. El montañero de 75 años hollaba la cima de la tercera cumbre del planeta y se convertía así en la persona de más edad en hacerlo.

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"Esta vez no se va a resistir. Somos ya buenos amigos y me va a permitir que me suba allá arriba", cuenta optimista Soria sobre una montaña en la que afronta un noveno intento: "He hecho otras mucho más difíciles a la primera, como el Makalu, donde subí con 69 años, sin oxígeno y con un solo un sherpa. En el Dhaulagiri he llegado hasta 8.050, nos equivocamos de corredor y tuvimos que darnos la vuelta. En otra ocasión, estuvimos a 7.500 m. dos días con viento y se hizo imposible, pero esta vez…".

Esta vez, Carlos llega además con una prótesis en una rodilla. "Hace un año que me la pusieron, voy a ver si lo celebro con la ascensión", advierte con gracia. Desde entonces, su trabajo ha sido recuperarse. Ha pasado muchos días en la altitud del CAR de Sierra Nevada, rodeado de chavalería. De atletas de élite mundial. "Es un sitio fantástico, siempre lleno de extranjeros. Pasé quince días antes de subir en agosto al Pico Lenin (7.134 m.). La vida de un jubilado es muy buena, tienes tiempo para esas cosas", bromea.

Pero el montañero de Moralzarzal no es un jubilado al uso. De hecho, renunció a su pensión cuando se metió con BBVA en el gran proyecto de las 14 cumbres. "Me hice autónomo y me pago yo la Seguridad Social", explica. Ese patrocinio acabó y su última expedición le supuso 42.000 euros de su bolsillo. "Me está costando mucho trabajo encontrar patrocinios. No quiero luchar más con esto del dinero, me supera. Entrenar, prepararme… lo llevo muy bien, pero lo otro es muy desagradable", recuerda. Ahora, ha encontrado apoyo de Movistar, del equipo del doctor Manuel Leyes (al que se ganó con su entusiasmo después de que le operara la rodilla), del grupo IDL y de donaciones anónimas que llegan hasta de Suiza.

"No me pongo fecha, me la pondrá el cuerpo cuando me diga que se ha acabado", advierte el montañero sin fin. "Mi reto no es por cabezonería ni orgullo. Encuentro a mucha gente que me dice que les doy una esperanza tremenda, que les muestro que se pueden hacer cosas a una edad avanzada", refiere.

En España, Soria ha dejado a su mujer, a cuatro "maravillosas" hijas y a cuatro nietos. "Los que viven en Moralzarzal tienen 11 y 12 años y voy a buscarles alguna vez al colegio si hace falta, pero toda mi familia sabe muy bien cómo soy y lo que quiero hacer y lo respetan muchísimo. Soy un abuelo raro", se define. Un chaval de 80 años que quiere subir al Dhaulagiri y después al Shisha Pangma (llegó a la cumbre central, pero no a la principal). Un hombre que ha parado el tiempo.