Fury vive una tragicomedia al ser sorprendido por Wallin
Tyson Fury derrotó por decisión unánime a Otto Wallin. Un corte en el tercer asalto le puso en jaque durante toda la pelea. Sufrió uno de los sustos de su carrera.
Tyson Fury es un showman y lo demuestra siempre. Este sábado tenía una pelea en Las Vegas ante el desconocido Otto Wallin. El sueco llegaba invicto, pero sin pelear ante rivales de gran entidad. Todo apuntaba a un nuevo paseo del británico… pero el boxeo es impredecible. El ‘Gipsy King’ se convirtió en el ‘Rey Gitano’ por un día. Competía el día antes de la fiesta de la Independencia de México y quiso honrar a ese país. Una máscara de lucha libre en el pesaje, vestido con los colores de la bandera mexicana y su salida al ring fue con una ranchera. Todo era parte de su espectáculo, pero el de Manchester no contó con un factor clave: su rival. Wallin le cortó con un crochet en el tercer asalto. Podían pararle la pelea en cualquier momento, y si eso ocurría el pleito sería para el sueco. No sucedió y aunque Fury se afanó en buscar el KO, la victoria para el favorito llegó en las cartulinas. Decisión unánime (116-112, 117-111 y 118-110), pero el miedo estuvo en su cuerpo durante nueve asaltos. Un choque de rodaje se convirtió en una tragicomedia.
Fury comenzó jugando, dejando la iniciativa a Wallin y contragolpeandole. Dominaba sin apretar. El sueco estaba ante la oportunidad de su vida y aunque le llegaban derechas retas muy duras resistía y seguía yendo al frente. Así, y por la confianza en su boxeo del inglés, logró encerrar a Fury y le cortó. La pelea cambió. La lesión era grave y podían parar la pelea en cualquier momento. El excampeón mundial tenía una posición de privilegio en el duelo, y se notó. Hubo permisividad del árbitro, lo que permitió que los asaltos se consumiesen. Eso fue a lo largo del combate, pero tras el corte Wallin logró lo que parecía imposible. Desquició a Fury. El británico estaba fuera de la pelea, por primera vez le habían ganado el juego psicológico. Estaba más preocupado de limpiarse la sangre que de boxear y le pasó factura. Fue incapaz de imponer su estilo y distancia hasta el final, pero la diferencia de calidad era amplia y eso decantó las cartulinas.
Con la derecha recta, los upper y los crochets Fury logró frenar el empuje de Wallin, le servía para ganar, pero no para lucir. El inglés tuvo que tirar de oficio y saber seguir sin estar concentrado. Iba sumando puntos y desde el octavo asalto el sueco empezó a notar el cansancio. Se quedó más estático y se llevó golpes tremendos. Su mandíbula era de acero y su corazón de guerrero, nada mas podría explicar su aguante en esa situación límite. Fury se obcecó en pelear en la corta distancia de manera recurrente, lo que le provocó un segundo corte en la ceja (por un cabezazo) y que el primero se abriese mas, pero el trabajo de su esquina y el árbitro le salvaron. En el último asalto Wallin se fue con todo y el inglés acabó pidiendo la hora. “Nadie puede poner en cuestión que soy un buen boxeador y tengo mucho corazón”, espetó el sueco al acabar. Toda la razón y Fury se lo reconoció al acabar. Después retó a Wilder, debería ser el siguiente (según afirmó tienen un acuerdo para el 22 de febrero). Ahí no valdrán concesiones, aunque el ‘Rey Gitano’ sacó una valiosa lección de Las Vegas. Nunca puedes fiarte en un combate. Tras uno mayores sustos de su carrera, Fury ya mira a un Mundial de nuevo.
Emanuel Navarrete da otra exhibición en 28 días
Emanuel Navarrete está llamado a ser un referente del boxeo mexicano. El púgil de Ciudad de México, de 24 años, sumó su cuarta corona WBO del supergallo al ganar por TKO en el cuarto asalto a Juan Miguel Elorde. Como había hecho solo 28 días antes, Navarrete dio una nueva exhibición. El filipino Elorde salió sin complejos e intentó sorprender con velocidad. No se desesperó el campeón, boxeó calmado y desde el segundo round metió mas presión. En ese momento las manos eran certeras y su calidad salió a relucir. Cada golpe que conectaba hacia mucho daño a su rival, y Elorde solo podía recular. El ‘Vaquero’ domina todos los golpes, pero su uso del jab, doblando manos, es una auténtica delicia. Así marcó el camino y con una finta de derecha y un crochet de izquierda finiquitó el combate. La campana salvó a Elorde en el tercer asalto, pero cuando le impactaron las dos primeras manos claras en el cuarto round el árbitro puso punto final al pleito. De manera justa. Navarrete volvía a exhibirse y lo hacía en el mejor escenario: Las Vegas en el día previo a la fiesta de la Independencia de México.