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BOXEO

Munguía saca su fusil para desarmar a Allotey en Carson

Jaime Munguía derrotó por KO en el cuarto asalto a Patrick Allotey para retener el Mundial WBO del peso superwelter. Ahora meditará subir al medio.

Jaime Munguía golpea a Patrick Allotey durante su combate.
Golden Boy Promotions

Patrick Allotey había aprendido bien la lección que le enseñó Dennis Hogan para boxear contra Jaime Munguía. El ghanés salió a moverse y a buscar golpes con rapidez. Ese plan en enero hizo sufrir mucho al mexicano, pero Munguía aprendió la lección. Cambió de entrenador, ahora en su esquina está Erik Morales, y ha mejorado defensivamente, aunque como él mismo reconoció tras el pleito: "Hay que ir paso a paso, me he encontrado mejor, pero estamos en un proceso". Antes de esas palabras, Munguía había desarmado por completo a Allotey, al que ganó por KO en el cuarto asalto. Cuando el campeón WBO del superwelter apretó puso fin al combate. Tras alzar su sexto mundial en las 154 libras la pregunta era clara. ¿Última pelea en esta categoría? "Es algo que ahora tengo que analizar con mi equipo", espetó. Munguía tiene 22 años, pero una cabeza muy bien amueblada.

Lo que Morales aportó a Munguía se notó desde el principio. El campeón salió bien armado, con la guardia alta y sin conceder demasiado. Allotey se movió sin ruborizarse. No podía ser un blanco fijo y así lo hizo. Quería desesperar al mexicano, que entrase precipitado y contragolpearle. No pudo hacerlo, de hecho, el ghanés solo le cazó con varias manos veloces. A partir del tercer asalto Munguía subió una marcha y la pelea se acabó. Comió los espacios a Allotey, que empezó a recibir los característicos golpes del campeón a la zona de flotación. Le destrozó. Así llegó la primera caída. Se rehizo, pero quedó realmente tocado.

La segunda vino tras una serie de seis golpes. Dos crochets consecutivos con la izquierda llevaron al africano al suelo. Le salvó la campana. Allotey estaba fuera, no quería salir al cuarto acto... pero lo hizo. Fue moviéndose y encajando golpes en la zona hepática. Munguía tocaba y demostraba, ya que nunca se precipitó. Cuando encontró la mano al hígado letal el ghanés puso la rodilla en el suelo y dijo adiós. No quería más castigo. El mexicano le estudio dos asaltos y le borró del mapa en otros dos. Munguía está en proceso de ser más cerebral. El primer paso lo dio en la previa del día de la Independencia de México. Día especial y victoria con el mismo adjetivo. Jaime Munguía sigue creciendo hacia el estrellato mundial.

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