España sigue en la ola y los chicos se meten en la final
Neutralizaron con una defensa espectacular a Croacia, actual campeona del mundo, y logran el billete para los Juegos de Tokio (6-5). La final, el sábado ante Italia (11:30).
Si en tres parciales Croacia, dominadora del waterpolo junto con Serbia en los últimos diez años, solo es capaz de anotar dos goles es que ante sí hay un muro armado, infranqueable. David Martín, ante el peligro de los boyas serbios, planteó una defensa de M, algo poco habitual en el waterpolo. Y Croacia quedó bloqueada. Sus boyas no pudieron recibir cómodamente y obligaron a desafiar a López-Pinedo desde seis metros. A sus 38 años, el barcelonés llega a todo, desafiante, autoritatio en la meta.
Perrone, que se multiplicó y jugó en todas las posiciones, adelantó al equipo español (1-0). El partido era lento, imposible hacer transiciones. Posesiones largas, exclusiones y papel determinante de la defensa. En uno de sus ataques de hombre de más, Mallarach marcó el 2-0. España iba en serio. Jokovic, antes de finalizar el primer cuarto, hizo el 2-1. En ese momento Croacia no pensó que se quedaría 15 minutos sin ver portería.
En ese tramo, a los jugadores españoles le salieron brazos como ramas robustas, y todos los lanzamientos croatas se perdían en esa maleza acuática. Tahull y Munarriz, desde la boya y desde fuera, pusieron el 4-1. El español nacionalizado croata Xavi García despertaba a Croacia de su letargo antes del descanso (4-2). Pero España no aflojó. Con una determinación pasmosa, siguió erre que erre, encontrando en Mallarach y Granados otros dos goleadores. 6-2. El partido en el bolsillo.
Los chicos de Martín, que se dejó la voz como de costumbre, jugaron con el tiempo en el último parcial. Siguieron firmes en defensa y Croacia fue marcando goles a cuentagotas, pero el 6-5 no llegó hasta falta de 14 segundos. El partido murió en las manos de Fran Fernández. El resto fue una fiesta, un grito de rabia, el triunfo del convecimiento de un grupo de jugadores que ha ido creciendo en el torneo y que, diez años después, vuelven a jugar una final del Mundial.