A Paula Ruiz se le escurre el pase a Tokio en el penúltimo arreón
La malacitana, que llegó a ir entre las cuatro mejores a mitad de la prueba de 10km aguas abiertas, pero fue engullida por el grupo de cabeza y acabó 24ª. Vilas acabó 33ª posición.
A mitad de la prueba de los 10 kilómetros aguas abiertas, en la preciosa ciudad de Yeosu, al sur de Corea, Paula Ruiz tenía en su mano el billete para los Juegos de Tokio 2020 y la lucha por las medallas en su segunda participación mundialista. Nadaba a buen ritmo en el grupo de cabeza, en una cuarta posición privilegiada, fuera de los golpes y de las reyertas subacuáticas de un deporte donde este tipo se subterfugios siempre juegan un papel importante. A veces no gana el que nada más rápido durante toda la prueba, sino el que nada más rápido en el momento determinante de las carreras.
Pero el grupo aceleró por el ímpetu de las francesas, las máquinas de Philippe Lucas que finalmente no se colgaron ninguna medalla pese a su gran equipo. En ese momento de la prueba, Paula perdió posiciones y fue engullida por la marabunta. “Al principio estuve bien, aunque estaba muy nerviosa”, reflexionó la malacitana después de la prueba, aún con el enfado por el resultado.
Por detrás, nadaba entre las posiciones 35 y 45 María Vilas, más rezagada. Pero su premio ya era haber participado en este Mundial después de abandonar la natación de elite una temporada larga. “El grupo tenía mucha gente. Empecé bien, pero hay emociones, golpes, cambios de ritmo, avituallamientos... En la cuarta vuelta ya no podía más”, comentó justo después brevemente.
A María no fue a la única que le costó el tramo final. En esa aceleración y en ese grupo masivo, Paula Ruiz pasó de estar en la cabeza a ponerse en la zona intermedia. “Prefería ir por delante, iba más cómoda, pero la sensación es que no acababa de controlar bien la carrera. Cuando me coloqué por detrás ya iba más agobiada. Luego se cortó el grupo y ya no pude cogerlo”, se lamenta. Acabó en la posición 24 (1:55.31). María Vilas en la 33 (1:57.34). “Me sirve para coger experiencia”, relativa Paula, que en Budapest hace dos años sí logró acabar entre las 20 primeras.
Ahora, ambas tendrán que buscar la plaza para Tokio 2020 en el Preolímpico que se disputará la temporada próxima. En las aguas saladas de Yeosu, en un marco paradisiaco, el oro se lo colgó la china (1:54.47) Xin xin, un brindis para al gigante asiático. La plata fue para la estadounidense Haley Anderson (1:54.48) y el bronce para la italiana Rachele Bruni (1:54.49). La holandesa Sharon van Rouwendaal, principal favorita, quedó décima (1:54.51).