Iván Montoya: "Por mi talla, no soy un pivote convencional"

Iván Montoya llegó al balonmano porque no tenía forma de evitarlo: sus dos abuelos y su padre fueron jugadores, pero además porque en el colegio no tenía otra salida este alicantino de 20 años. "Es en que el Agustinos de Alicante es el deporte fundamental, y es muy complicado evitarlo. Allí manda el balonmano".

Se ganó el favor de los seleccionadores cuando era muy joven, y le llamaron a las convocatorias de las promesas, pero luego desapareció en la etapa juvenil, para recuperarle ahora Isidoro Martínez para la júnior. ¿Cómo es posible jugar en la élite como pivote con sólo 1,79 metros? "La verdad es que no soy un pivote convencional, y en la Asobal sólo Esteban Salinas (Bidasoa) es un poco como yo, pero aportamos otros movimientos para ayudar al equipo", presume Iván, que saca partido en ataque a sus 103 kilos de peso, y tiene por referencias a Julen Aginagalde y a Rolando Urios, "porque cuando ellos reciben el balón sabes que va a pasar algo".

Esta temporada ha sido pieza básica en el Puerto de Sagunto, y un jugador clave en la fase de ascenso del equipo a la Asobal, aunque no seguirá en Valencia, porque su futuro está en el Bada de Huesca: "Es una gran oportunidad para mi, con jugadores como Carmona o Asier Nieto a los que conozco. Además, el Puerto tardó mucho tiempo en propone la renovación".

Para el Mundial espera "que España esté arriba, porque es, sin duda, una de las cinco mejores selecciones. Luego puede pasar lo que sea, pero es la realidad. En el pelotón de vanguardia están los que están".