Quesada: "En el montañismo, si eres mujer hay pocas ayudas"
Lina Quesada (Sevilla, 50 años) sale el día 10 al temible K2. Sola y "con lo puesto". En un Himalaya plagado de ricos turistas, ella hace malabares para lograr financiación.
-Después del Everest, el Cho Oyu, el Gasherbrum II, el Broad Peak y el Manaslu, cinco ochomiles, ¿por qué el K2, con sus 8.611 metros, y por qué en solitario?
-Porque es un reto y porque no hay gente en mi entorno que pueda pedirse dos meses en el trabajo y financiárselo, ni con la experiencia suficiente… Es verdad que estoy alejada de los núcleos tradicionales de montaña, pero influye mucho el ser mujer. En las altas esferas, contar con una chica en el equipo no gusta o no conviene para un proyecto 'serio', me da la impresión.
-¿No gusta entre los montañeros?
-Ni entre ellos ni entre las marcas, que ven más fuertes a los equipos masculinos y creen que ellos pueden hacer cima. No encuentro ayudas porque presuponen que tengo pocas posibilidades. Se puede decir que el mundillo es machista.
(Lina ha reunido 20.000 euros de pequeños patrocinadores, y aportaciones en especie. Conquistó el Everest en 2008 y desde 2011 no recibe ayudas de la Junta de Andalucía, la Diputación o el ayuntamiento de Sevilla. La empresa pública Deporte Andaluz se ha comprometido a aportar 3.000 euros).
-¿Qué ha llegado a hacer para ir a una expedición?
-¡Pedir préstamos, como en esta! No tengo 20.000 euros en mi cuenta, que es lo que me cuesta ir al K2. Voy siempre con el plan más barato. No mando cargos aéreos, ni comida desde España. Me llevo mi equipo puesto, que son 30 kilos. Alquilo las tiendas en la zona. A veces en el avión me he tenido que poner el plumas y las botas de expedición encima para no pasarme de peso. Voy en 'estilo pobre' (ríe). Por primera vez, con cincuenta años y cinco ochomiles, una marca me va a proporcionar la ropa (Soloclimb). ¡Es triste porque he tenido que jugarme la vida antes doce veces!
-¿Y qué siente cuando ve expediciones equipadísimas?
-Desmotivación, pero funciono con la adversidad. Me he visto en el Broad Peak sola con mi petate y al lado, en el K2, una expedición andaluza financiada por la Junta que llevaba de todo. ¡Hasta jamón y Chivas!
-Ir con lo básico va en detrimento de la seguridad…
-Claro. En el Broad Peak me di la vuelta a 7.800 metros. Llevaba botas para 7.000 y no sentía los dedos de los pies. Me arriesgaba a perderlos. Fui solo con un saco de plumas y dormía con el mono puesto.
-¿Y hay solidaridad?
-Antes sí. En 2003, Iñaki Ochoa de Olza se enteró de que no tenía saco y me prestó uno suyo. Había gente como Simone Moro con mucho material, pero... El año pasado en el Manaslu ofrecí mis botas a una chica catalana porque las necesitaba. Pero esto ya no lo hace nadie. Yo estoy hecha de otra madera. Ahora hay una competitividad brutal.
-Usted trabaja en la Diputación de Sevilla. ¿Cómo lo hace?
-Tengo la consideración de Deportista de Alto Rendimiento y por eso me dan permiso. Algo es algo.
-¿Y la familia qué le dice?
-Están todos muy agobiados. Teclean en internet y leen 'La montaña asesina'… Les preocupa mucho que un día no vuelva.
-¿Cómo es el K2?
-Una mole impresionante de hielo y piedra, precioso, con una ruta muy limpia hacia la cumbre. He estado cinco veces en el campo base. ¡Es tan grande que te duele el cuello!
-Y yendo una sola, ¿cómo se hace las fotos?
-(Se ríe). Llevo la cámara siempre dentro del mono para que no se congele. Y este año también tengo un teléfono-satélite que puede enviar fotos referenciadas con las coordenadas. Si fuera Kilian Jornet, se podría permitir que no hubiera foto. ¡Pero de una sevillana no! Hay que poner empeño en dar testimonio.
-¿Qué le parece lo que se ha vivido en el Everest estos días?
-Se le ha ido de las manos al gobierno de Nepal. No es tanto culpa de la gente. Deberían establecer un tope por seguridad y por imagen. También hay inexpertos y se debería exigir un mínimo de currículum.
-El sueño de todo montañero son los 14 ochomiles. ¿Para usted también?
-No, no me lo puedo permitir. No he estado en el grupo de los elegidos y siempre me he topado con el problema del dinero.