Smith silenció Estocolmo y Gustafsson anunció su retirada
Anthony Smith ganó por sumisión a Alexander Gustafsson en el cuarto asalto. El sueco salió a moverse y cuando presionó, Smith aprovechó sus errores.
“Estoy decepcionado… el show se acabó”, espetó Alexander Gustafsson tras perder por sumisión en el cuarto asalto ante Anthony Smith. El sueco, que venía de perder contra Jones por el título (como su rival) en su última pelea, había avisado que o ganaba o lo dejaba. Ocurrió lo segundo y cumplió con su palabra dejando sus guantillas sobre el octágono. A sus 32 años, al sueco todavía le quedaba mucho que demostrar, pero él no lo sintió así tras hacer una mala pelea y decidió poner fin a su carrera ante los suyos, en Estocolmo (Joel Álvarez, ganó su primer combate en UFC en el mismo show). Su pelea comenzó con la mayor fiesta y acabó con la decepción más grande. Smith fue el único que buscó la pelea y cuando el sueco intentó cambiar el ritmo sucumbió.
Lo cierto es que desde el inicio Gustafsson mostró una versión muy diferente a la habitual. Estaba sin chispa, sin ese gen ganador y le pasó factura. Desechó los dos primeros asaltos por completo. Decidió moverse, esquivar golpes (lo hizo con tino) y encajarlos, pero en diez minutos lanzó muy pocos golpes. Smith, por su parte, iba cerrando huecos, pero con cautela. Temía la pegada del peleador local. Antes del tercer asalto en el córner pidieron a Gustafsson mas. Debía sacar mucho mayor trabajo y lo hizo.
En el tercer asalto ya pareció el de siempre. Conectó manos, patadas e intentó un derribo dentro del último minuto. Smith, mientras, evidenciaba el cansancio de perseguir a Gustafsson durante dos asaltos y sufrió más, aunque cuando se puso en el suelo su defensa fue excelente. En el cuarto round el local volvió a moverse, intentó un derribó y ahí comenzó el principio del fin. No pudo con Smith, que lo llevó a él contra la jaula y le presionó frente a la jaula. Intentó defenderse subiendo la cadera el sueco, pero Smith conectó buenos golpes y no se puso nervioso. Tenía un buen lugar, quedaba tiempo y Gustafsson poco a poco se fue quedando sin fuerzas. Fue el momento en el que el estadounidense cerró el Real Naked Choke (Mataleón) que llevaba unos minutos intentando y puso fin a la pelea. Más que el dolor físico, Gustafsson lamentó el mental tras el combate. Estaba destrozado y en caliente, dijo adiós.