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GOLF | PGA CHAMPIONSHIP

Koepka gana el PGA, su cuarto grande, y demuestra ser humano

El estadounidense, que partía con siete golpes de ventaja, resistió el ataque de Dustin Johnson, que llegó a estar a uno. Koepka revalida título y ya es número uno mundial.

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Koepka gana el PGA, su cuarto grande, y demuestra ser humano
TANNEN MAURYEFE

“No llevo un pulso muy diferente cuando estoy en el tee del 1 o en el hoyo 18 de un grande al que tengo en el sofá de mi casa. Soy el que más concentrado está, tengo visión de túnel”, decía Brooks Koepka, que, sin embargo, conoció al fin el sufrimiento en el PGA Championship, el major de Bethpage Black Course, que ganó pese a casi dilapidar la ventaja de siete golpes con la que se plantó en la última jornada. Al final, Dustin Johnson no llegó y Koepka levantó su segunda Copa Wanamaker consecutiva, que simboliza su cuarto grande (tiene los US Open de 2017 y 2018). Y añadió un dato más: no es un robot, es humano. Y tal vez descubrió que su corazón se puede acelerar más de la cuenta.

Koepka lideró este PGA desde el primer día, hizo récord de golpes en 36 hoyos y a los últimos 18 llegó con -12, ese muro de hormigón que les separaba de sus rivales. Los más cercanos estaban en -5, entre ellos DJ. Comenzó la vuelta y todo seguía en orden. Koepka pegaba recto, lo hacía fácil y sus contrincantes se enredaban con Bethpage. Primero Harold Varner III, su compañero de partido, después el tailandés Janewattananond, Luke List… Aguantaba el  ya exnúmero uno mundial, Dustin Johnson, a duras penas, y comenzó a despegar a partir del hoyo 5, con tres birdies alcanzó a -8. El público neoyorquino se volcó con él: “¡DJ, DJ, DJ!” Y Koepka seguía en su túnel, pero cambió el viento, de manera literal y figurada…

A partir del hoyo 11 de Koepka, las banderas comenzaron a moverse más rápido, y el de Florida por primera vez comenzó a no controlar sus golpes. Un bogey, dos, tres… hasta cuatro seguidos. Estaba en -9 y Dustin Johnson sólo a un golpe. Parecía que la remontada había llegado, pero el viento también fue duro con DJ que no pudo aprovechar la oportunidad de arañar el segundo grande de su vida. Dejó a Koepka salir vivo y, pese a vivir la agonía del pulso acelerado, salvó el asunto, incluso con algún descuido más. Terminó en -8. Johnson en -6. La Copa Wanamaker era suya y el número uno mundial le llega de regalo. 

Al terminar su vuelta sonrío y abrazó a su caddie Rickie Elliot, pero después llegó la sobriedad, pese a ser el quinto de la historia que ha dominado un PGA de principio a fin (lo hicieron Sutton, Floyd, Nicklaus y Nichols...). Koepka, de 29 años, es un tipo sorprendente en el golf mundial. Con cuatro majors, se caracteriza por su juego impasible, sistemático y su carácter poco expresivo, que refugia excesivamente bajo su caladísima gorra. Más allá de esos datos, es una máquina de golf, pegador, capaz de patear como los mejores y sin fisuras en su repertorio.

Si ya tiene cuatro grandes, apunta a tener muchos más. No tiene miedo a los majors. “A veces es más fácil ganarlos que un torneo regular”, ha llegado a decir. De hecho, sólo tiene dos títulos aparte de sus cuatro grandes.Próxima cita, junio: US Open en Pebble Beach. Podría ser su tercero consecutivo. Koepka, tan matemático como su juego, por fin mostró alguna fisura. Este PGA trajo consigo un descubrimiento: es humano. 

El único español que había pasado el corte era Rafa Cabrera Bello, que terminó en +12, en el puesto 71.

Clasificación completa.