Semenya arrasó en la que pudo ser su última carrera
La sudafricana de 28 años, que se apuntó tras perder su batalla en el TAS contra la IAFF por no medicarse para rebajar sus niveles de testosterona, marcó 1:54.98.
En el Khalifa Stadium, en la cuerda que albergará los Mundiales en septiembre, Caster Semenya dejó claro que no tiene rival. Por talento, entrenamiento, o por las ganancias que, según algunos estudios, le otorgaría el hiperandrogenismo que padece.
Arrasó en el 800 de la Diamond League de Doha con 1.54.98, la mejor marca mundial del año y cerca de su mejor marca personal (1:54.25). Mejor registro que cuando se colgó el oro en los Juegos de Río 2016 o en los Mundiales de Londres 2017. Corrió serena pero impulsada por la rabia, persiguiendo el récord que Jarmila Kratoschvilova (1:53.28) estableció en 1983, en épocas oscuras. Pasó por el 400 a 56.66, dos centésimas por encima del ritmo que le habría hecho superar a la checa. En la última recta le faltó un poco más de fuerza para haber consumado su venganza contra la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) de Sebastian Coe, presente en las gradas, y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Salió al tartán Semenya de riguroso negro, alzó su puño derecho como en los convulsos tiempos en los que el Black Power luchaba por otros derechos e hizo lo que sabe: mover sus piernas como una locomotora para dominar una distancia en la que no claudica desde 2015. Segunda, pero muy atrás, otra atleta con su misma condición de Desarrollo Sexual Diferente (DSD), la subcampeona olímpica burundesa Francine Niyonsaba (1:57.75). Tercera, la estadounidense Ajee Wilson (1:58.83). La keniana Margaret Wambui, otra mujer con hiperandrogenismo, fue sexta (2:00.61)
Puede que fuera la última carrera de Semenya, a no ser que se medique con estrógenos o que se pase al 5.000. Porque la sudafricana, doble campeona olímpica y tres veces mundial de las dos vueltas a la pista, perdió el pasado miércoles en el TAS su batalla con la IAAF en su lucha por correr como nació, hermafrodita. Un caso en el que se ha pronunciado, a favor de la atleta, hasta las Naciones Unidas, pero que no ha ganado. En la pista sí lo hizo. Como siempre.
Semenya decidió luchar en los tribunales contra la reglamentación de la IAAF de reducir a cinco nanomoles en sangre (antes eran 10) el límite de testosterona. Y el TAS, pese a reconocer que la reglamentación era "discriminatoria" dio luz verde a la regla de la Federación. Un límite que entra en vigor el día 8 para las distancias entre 400 y la milla y la dejan ante la tesitura de competir con hombres, 'doparse' a la inversa o retirarse. "Los demás se ríen de mí porque son diferentes; yo me río de ellos porque son iguales", había tuiteado antes de correr Semenya. Después, habló en la pista y dejó el interrogante: "Para mí no hay nada imposible".
DE ARRIBA, NOVENO
Álvaro de Arriba, vigente campeón de Europa en pista cubierta, concluyó en novena posición su participación en los 800 en Doha, donde se impuso el botsuanés Nijel Amos con un tiempo de 1:44.29.
Un segundo y medio menos que el registro firmado por el atleta español que completó las dos vueltas a la pista del Khalifa Stadium de Doha en un tiempo de 1:45.94.
En otras pruebas, la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica de triple, ganó la longitud con 6,67 en el sexto salto. El sueco Daniel Stahl (70,56) se colocó líder de la clasificación del año de disco. Brillante se mostró la británica Dina Asher-Smith, la vigente campeona de Europa de los 100 y 200 metros, que se impuso en la final de los 200 con un tiempo de 22.26 segundos, mejor marca mundial de 2019. Los 200 masculinos fueron para el turco Ramil Guliyev, que se alzó con el triunfo con un crono de 19.99.
Por su parte, la keniana Hellen Obiri se impuso a la etíope Genzebe Dibaba, en una emocionante final de los 3.000 metros, en la que Obiri estableció una nueva mejor marca mundial del año con un crono de 8:25.60. Tampoco falló el también keniano Elijah Manangoi que se impuso en la final de los 1.500 con un registro de 3:32.21, que coloca vigente campeón mundial al frente de la clasificación mundial del año.
Primer puesto al que también se alzó en los 3.000 obstáculos el marroquí Soufiane El Bakkali, que se impuso con un tiempo de 8:07.22 al estadounidense Hillary Bor, segundo -8:08.41-, y al keniano Leonard Bett, tercero con una marca de 8:08.61.