Daniela Álvarez: "Yo iba para tenista profesional pero se me cruzó el vóley playa"

Siendo de Gijón (18 años) parece que lo de jugar al vóley playa es bastante factible, y con su 1,86 metros tiene alguna ventaja.

Sí y no, porque yo no jugaba al voleibol, ni me interesaba. En realidad, yo iba para tenista profesional, jugaba el circuito europeo de mi edad, y no lo hacía mal.

¿Y qué pasó?

Que se me cruzó el vóley playa, un poco por casualidad. La verdad es que lo pasaba mal en los viajes del tenis por la soledad en la que vivía. Un día que el equipo del Club Covadonda, el mío, había ganado un campeonato y nos mostraba la copa, una compañera me dijo que me apuntase, que lo iba a pasar bien, que era divertido. Y le hice caso. Alterné un año el tenis y la playa, y al siguiente ya me llevaron al Centro de Tecnificación de Lorca.

Y deportivamente no le va mal. En 2018 bronce en el Mundial, con Tania.

Con Tania es muy cómodo jugar porque te lo hace más fácil. No siempre juego con ella, porque es el seleccionador quien te va indicando con quién juegas. Este año, por ejemplo, también voy a jugar con Belén Carro el Campeonato del Mundo Sub-21 y el Campeonato de Europa Sub-22

¿Esperaba ganar la Copa de la Reina?

Teníamos posibilidades, y de entrada parecía que éramos una de las parejas favoritas.

¿Va a seguir en el Madison Iberdrola a lo largo de esta temporada?

Me gustaría, porque jugar en casa siempre es divertido. En el caso de las jugadoras del Centro de Tecnificación dependemos un poco del calendario internacional, con los campeonatos programados. Si no me coincide ninguna obligación con España, no falto.

¿Objetivos de esta temporada?

Este año precisamente hay un programa internacional muy intenso, pero no sé aún a las que me llevarán.