Lynch acaba con Rousey y Flair para reinar en WrestleMania
Becky Lynch ganó a Ronda Rousey y Charlotte Flair por los campeonatos femeninos de Raw y SmackDown en un combate épico que puso el broche de oro a WrestleMania.
El 7 de abril de 2019 quedará guardado para siempre como una fecha histórica para el wrestling mundial. Por primera vez un combate femenino estelarizó WrestleMania. Los 82.265 asistentes al MetLife Stadium de Nueva Jersey sabían que estaban ante un día especial y así lo reflejaron. La atmósfera que envolvió el duelo entre Ronda Rousey, Charlotte Flair y Becky Lynch por los cinturones de SmackDown y Raw fue mágica y el combate… apoteósico. Las tres debían reafirmar que la ‘Evolution’ femenina no se quedó sólo en ese PPV y lo lograron. Un combate digno del lugar en el que estaban y en el que la favorita del público se coronó como reina indiscutida. Rousey llegó para revolucionarlo todo, Flair siempre estuvo… y ahora Becky Lynch es la nueva referente. Los fans la adoran y ella encandila en cada movimiento.
Las tres habían vivido mucha tensión en las últimas semanas y eso se notó. El único momento de tranquilidad se produjo tras el repique de la campana. El público se silenció y ellas se miraron, fue el único instante de tranquilidad. Desde ese momento las tres buscaron la finalización con la intención de acabar cuanto antes. Rousey sacó sus artes de judoka, Flair tiró de los golpes de su padre y Lynch le puso ganas para hacer vuelos imposibles intentando ser la vencedora. Las tres se vaciaron, Ronda sufrió como nunca y descubrió una nueva faceta en la WWE, la de perdedora. Hace un año que debutó y hasta el momento sólo había ganado (en Elimination Chamber ganó por la descalificación de Flair).
Todo se decidió en uno de los momentos que nadie olvidará en WrestleMania. Entre Becky y Ronda estamparon a Charlotte sobre una mesa y la dejaron fuera de combate. Era un mano a mano y Rousey planchó a Lynch con su movimiento habitual. Hizo la cuenta, pero la irlandesa se movió lo justo para evitar que el conteo fuese en su contra y el árbitro lo realizó para decretarla ganadora. Polémico, sorprendente y que deja una historia abierta (aunque el triunfo de Lynch es merecido). La revolución femenina no se queda en WrestleMania 35, continuará.