David Alcaide: "Puedo decir que le he ganado a Ronnie O'Sullivan"

En España no hay mucha afición por el snooker. ¿Cómo lo define?

En Inglaterra es quizás el tercer deporte nacional (después del fútbol y el cricket). Aquí, a diferencia del pool o billar americano, no es tan conocido. Se juega en una mesa más grande, con bolas rojas y de colores. Antes lo veíamos en cadenas extranjeras y ahora lo vemos en Eurosport, que nos ha ofrecido sumarnos a sus retransmisiones y además nos da soporte para la competición. Después de casi treinta años en el pool hasta la gente del snooker se ha sorprendido de mi papel. Es un objetivo bonito. 

¿Con cuál disfruta más?

Disfruto mucho con el pool. El snooker es más difícil y conlleva estar mucho más concentrado en cada bola. Cuando acaba la partida estoy mucho más agotado.

¿Cómo empezó?

Desde chiquito recuerdo ir con mi hermano o mi padre a un bar a jugar. Torneos, ligas... Con nueve años, campeón de Málaga, con doce subcampeón y con catorce, campeón. Siempre en categoría absoluta.

Se dedica exclusivamente al billar. ¿Se gana bien?

Cien por cien billar. Es mi trabajo. Y tiene su dificultad. No ocurre como en el fútbol que si te sientan en el banquillo cobras igualmente. Si viajas a China y pierdes en primera ronda te vas para casa sin nada. Luego están los patrocinadores que ayudan bastante, pero no al nivel de otros deportes. Da para estar estable. En el snooker sí que los premios son mayores. El ganador del Campeonato del Mundo se lleva medio millón de libras. Mucha gente pregunta de nuevo cuando dices que te dedicas al billar. Invito a esas personas que tienen esa imagen de película norteamericana que ha hecho mucho daño al billar a que cuando puedan vean una competición. No tiene nada de lo que imaginan.  

Y ahora el primer español en una ronda final de snooker.

En el Abierto de Gibraltar. El primero por unas horas. Fran Sánchez, compañero en Eurosport, entró poco después. He vivido momentos muy bonitos con logros para el deporte nacional y me siento en la obligación de ir abriendo camino.

Entrena en una mesa de un referente como Mark Selby. ¿Cuánto costó traerla a Salamanca?

Una burrada... Lo costeó mi patrocinador Ecotisa. Mi jefe no me ha dicho cuánto, pero el día que la pagó no estaba de buen humor. (Risas). Es la mesa más cara de España y la mejor. No hay duda de eso. Si eres capaz de entrenar donde compites es un plus. Hay más mesas en España, pero de competición esta es la mejor. La tronera, el bote de la banda, el paño... No vivimos junto a la mesa de milagro.

¿Quién la cuida?

Nosotros. Nos encargamos de tenerla en perfecto estado. Es nuestra herramienta de trabajo. 

¿Cómo es como jugador?

Soy técnico. Me gusta tener el control de la situación. El aspecto táctico y defensivo lo domino. Si me tengo que jugar la bola importante lo hago con la mano derecha. No hago como Ronnie O’Sullivan cambiando el taco de mano ni de coña, pero sí puedo decir que le he ganado. Aunque sea al pool. (Risas). Campeonato del mundo por parejas de 2006. España contra Inglaterra. Junto a Rafael Guzmán. Tener delante a Ronnie es un espectáculo, aunque sea en otra disciplina. Tiene un don. Es para agradecerle vivir en esta época.

¿Es posible disfrutar de su juego a la vez que se enfrenta a él?

Es un pequeño defecto que al principio se te pasa por la cabeza, pero luego ya no. Piensas: Sí, es Ronnie, es el Messi de esto y muy bien, pero vamos a por él. 

¿Cuántas modalidades de billar domina?

Todas. Billar francés, que es de las carambolas, el americano, en el que estoy especializado, ahora el snooker... Y me gustan todas. Luego hay mucha variante: bola 9, bola 10, catorce uno, carambola libre, carambola a tres bandas... Hay mucho. 

¿Su mejor torneo?

El mejor de estos últimos años fue el World Pool Masters. Y también la Mosconi Cup, que es como la Ryder Cup. Europa contra América. Se jugó en las Vegas y fui el único español de los cinco que formaban el equipo. Conseguimos ganar en su casa. Era una de las espinitas que tenía clavadas desde el empate en 2006. 

Ya tiene apodo imagino...

Me pusieron The Matador. Desde hace tiempo lo tengo como apodo. Siempre que haga referencia a algo deportivo, genial. 

¿Cómo se vio en su debut como comentarista?

Estuvimos algo nerviosos, pero el equipo nos ayudó bastante. Luego me escuché y la verdad es que no me veo mal. Me gusta explicar los golpes, el porqué de una decisión, intento plantear a los espectadores qué harían ante determinadas situaciones de juego... Si ven que el jugador ha cambiado que analicen por qué ha cambiado... Así es como he aprendido yo. Comentar con Eurosport es una oportunidad maravillosa.

Opine del snooker español.

Aleix Meliá o David Márquez hicieron sus pinitos, pero no tuvieron las posibilidades que hemos tenido Fran y yo. Aquí casi no hay mesas, hace falta crear una escuela, que la federación se vuelque no sólo con la carambola... Entre todos intentaremos llevarlo lo más lejos posible.

¿Qué Abierto o qué jugador no se pierde?

Me gusta mucho Neil Robertson. Me encanta su manera de jugar. Trump o Ronnie son un espectáculo porque son muy agresivos. 

¿Por quién apostaría para China y el Mundial que acoge el Crucible Theatre en Sheffield?

Para el Abierto de China no creo que los favoritos vayan a desgastarse mucho porque justo después viene el Mundial. Ahí los favoritos son esos tres. Ronnie, que llega en un momento espectacular, también de madurez mental que hasta hace mucho no tenía y luego Trump y Robertson. 

¿Con qué sueña?

No me he parado mucho a pensarlo la verdad. No imaginaba llegar a un cuadro final. Me gustaría ser competitivo en un evento principal. Jugar el Mundial sería un sueño, pero tengamos los pies en el suelo. Poquito a poquito. 

¿Cuánto daría? ¿La mesa de Mark Selby quizás?

¡Ya le digo! Sería un bombazo, pero habría que pedirle permiso al jefe. (Risas).

Mójese en el debate sobre el billar. ¿Juego o deporte? ¿Vería viable que fuera olímpico?

Es un deporte. Requiere exigencia física y mental. Si no, no aguantas. Y me encantaría que fuera olímpico. Estamos intentándolo. Antes de mi retirada sería un sueño y la ilusión nunca la perdemos. En cada votación vemos que no, que seguimos en el apartado B. He tenido la posibilidad de jugar dos World Games (Colombia y Polonia) y seguimos esperando la oportunidad. 

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