El incidente de Bell y Lim trae al recuerdo el Tonya-Kerrigan

En los Mundiales de Saitama (Japón) de patinaje artístico han saltado las alarmas. Una patinadora coreana, Eun Soo Lim, sufrió un corte en la pierna un entrenamiento y podría haber chocado con Mariah Bell, su compañera de sesiones en el grupo de Rafael Arutyunyan en Los Ángeles, que ni siquiera se disculpó en un primer momento. La Federación Internacional (ISU) quitó hierro al asunto (“hay un vídeo y no se ve intención de hacer daño a la Sra. Bell”) e invitó a "una solución amigable". 

Pero cada vez que aparece una historia así, y salvando las considerables distancias, es inevitable acordarse del dramático capítulo entre Nancy Kerrigan y Tonya Harding un mes antes de los Juegos de Invierno de Lillehammer 1994… Ambas eran americanas, Harding representaba a la América más deprimida y era una patinadora excelente, pero con problemas familiares y para adentrarse en un deporte que en aquella época era clasista. Su mala relación con Nancy era conocida y todo estalló cuando gente del entorno de Tonya y su novio, Jeff Gillooly, agredió a Kerrigan con una barra de hierro.

Ambas pudieron patinar en Lillehammer 1994, Kerrigan fue segunda y Harding, octava, ya afectada y condenada virtualmente por su deporte… El duelo tuvo unas audiencias televisivas para el deporte. Meses después, el caso fue juzgado y Harding fue multada y expulsada de por vida del patinaje por la Federación Americana. Nunca más pudo competir. La historia fue llevada al cine en Yo, Tonya y tuvo tres nominaciones en los Oscar de 2018, con una estatuilla para Allison Janney, la mujer que hace el papel de LaVona, la dura madre de la patinadora.

Tonya, que intentó hacer carrera como boxeadora  y trabajó como soldadora y en la industria del metal, se ha convertido en una controvertida figura en Estados Unidos, ha aparecido en realitys e incluso fue tercera en 2018 en Dancing with the Stars. Fue la primera saltadora que hizo un triple Axel.