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Todas las claves de la agencia libre de los Pittsburgh Steelers

En pocos meses se han quedado sin Shazier, Bell y Antonio Brown, y tendrán peor equipo que en 2017 y 2018 salvo que hagan un gran draft y fichajes muy acertados.

MadridActualizado a
NEW ORLEANS, LOUISIANA - DECEMBER 23: Ben Roethlisberger #7 of the Pittsburgh Steelers reacts during the first half against the New Orleans Saints at the Mercedes-Benz Superdome on December 23, 2018 in New Orleans, Louisiana.   Sean Gardner/Getty Images/AFP
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Sean GardnerAFP

Pittsburgh tiene un papelón. Hace doce meses tenía el mejor tridente de toda la NFL con Big Ben, Antonio Brown y LeVeon Bell y ahora el running back se ha ido, el receptor quiere irse y el quarterback acaba contrato al final de la temporada 2019. Por el camino, y de fondo, late un grave problema de autoridad en el staff técnico, pero ya se sabe que los Steelers han tenido tres entrenadores en los últimos 50 años, Tomlin solo lleva 12 al frente y eso, en la medida de tiempo de los ‘señores del Acero’ eso es como ser un novato. Otra cosa es que Tomlin tenga talento y liderazgo para merecer esa docena de años.

En realidad, si miramos las estadísticas del equipo el año pasado, no fueron tan malas. Aunque sí que se echa mucho de menos a LeVeon Bell pese al buen trabajo de James Conner. Los Steelers en 2018 simplemente no corrieron. Y eso, hablando del equipo de Pittsburgh suena casi a herejía. Esto nos lleva otra vez a las decisiones de un staff técnico en el que no solo está en entredicho Mike Tomlin por su presunta falta de autoridad. Algunos también critican a Randy Fichtner, coordinador ofensivo, por el exceso de juego aéreo y por satisfacer sin discusión cada deseo de Big Ben. Pero sobre todo está en el punto de mira de los aficionados Keith Butler, el coordinador defensivo, al que acusan de indolente e incapaz de hacer un solo ajuste consistente. No se libra ni Danny Smith, y con razón, porque los equipos especiales tampoco han jugado bien pese a grandes destellos puntuales.

Entre nosotros, creo que Rooney mantendrá a Tomlin hasta que se retire Big Ben. Ese día pondrá patas arriba el staff técnico aunque esta vez parece difícil que pueda encontrar el sucesor dentro de la casa.

Así fue la pretemporada 2018

Lo primero y más importante ya lo sabéis. LeVeon Bell fue designado como jugador franquicia y el equipo se quedó sin el runningback y desperdició 14,5 millones de dólares contra el cap que se fueron al limbo. Como casi cada año, se movieron muy poquito en la agencia libre. Su gran fichaje fue Morgan Burnett, que está deseando irse después de pasarse toda la temporada arrastrando lesiones y jugando como linebacker suplente y no como safety titular. Nat Berthe (S) se ha pasado casi toda la temporada lesionado y Jon Bostic, linebacker interior, no es ni la sobra de Ryan Shazier y poco a poco fue convirtiéndose en un relevo para L.J. Fort, el auténtico titular.

Tampoco deben estar muy satisfechos de su draft 2018. Necesitaban como fuera un linebacker interior para sustituir a Shazier. Dejaron pasar a Darius Leonard en primera ronda (rookie defensivo del año) y eligieron a Terrell Edmunds, un strong safety que arrastraba una lesión, pero que ha ido de menos a más. En 2ª ronda a James Washington, que en 2018 ha sido prometedor a secas, aunque acabó muy bien. En 3ª a Mason Rudolph, un quarterback que desde entonces está en la nevera, como Okorafor, que como sustituto puntual de Gilbert en el tackle derecho transmitió más dudas que certezas. Marcus Allen y Jaylen Samuels llegaron en 5ª y seguimos sin noticias del primero, aunque el corredor sí que sustituyó bien a Conner cuando hizo falta. Joshua Frazier, su elección de 7ª, no entró en el roster y ahora está en la AAF.

Sin mucho margen para hacer florituras

Los Steelers solo tienen unos 19,4 millones para gastar, Antonio Brown les va a dejar más de 21 millones de dinero muerto y parece que la franquicia quiere negociar este año la renovación de Big Ben. Eso les deja muy poco margen para hacer grandes inversiones en la agencia libre. Además, lo lógico es que intenten mantener a varios de sus agentes libres, y alguno con contrato al alza. Es el caso de L.J. Fort, que debería seguir después de haber sido el mejor linebacker interior del equipo, y el único fiable en cobertura. Otro que sería caro es Ramon Foster, que tiene 33 años y seguramente quiera más dinero del que ganaba. Tienen a B.J. Finney para sustituirlo con ciertas garantías, pero en una línea que funciona como un reloj quizá no sea buena idea hacer grandes cambios, y más ahora que ha cambiado el entrenador de OL. Daniel McCullers es otro agente libre que no deberían dejar escapar. Aunque no sea titular, está entrando en los relevos cada vez con más protagonismo. Con la marcha segura de Antonio Brown, también debería seguir Eli Rogers. Se perdió casi todo 2018, pero será baratísimo y Big Ben tiene buena química con él. Por último, el tight end Jesse James quizá no sea una gran estrella, pero ha formado con McDonald una pareja muy peligrosa que no deberían desmontar.

Entre las elecciones del draft y los nuevos contratos a agentes libres, lo normal es que el margen contra el cap vuele, así que estarán obligados a soltar lastre. El más obvio es Morgan Burnett, que se quiere ir y liberará 3,6 millones muy jugosos. Después de lo bien que jugó como titular Matt Feiler en el tackle derecho, ha llegado el momento de cortar a un Marcus Gilbert que ha jugado 12 partidos en los últimos dos años y tiene 31. Liberaría casi 5 millones. Mucho dinero como para pensárselo. Tampoco hay que descartar la marcha de Artie Burns. Solo liberaría 1,75 millones, pero después de ser elegido en primera ronda en 2016, ni es titular ni confían en él, así que, simplemente, no pinta nada.

Mirando al futuro, en 2020 recuperarán los más de 20 millones de dinero muerto de Antonio Borwn, pero tendrán que renovar a Big Ben (si no lo hacen ya este año), Joe Haden, Maurkice Pouncey, Bud Dupree, Jon Bostic o Sean Davis. En 2021 tendrán que negociar con Cameron Heyward, Alejandro Villanueva, T.J. Watt, JuJu Smith-Schuster y James Conner. Las oficinas de Pittsburgh van a echar humo en los próximos años y no van a tener un trabajo fácil. Sobre todo con la renovación de su quarterback, con 37 años. Ah, y en 2020 toca renovar a Mike Tomlin. Se avecinan tiempos convulsos en el reino del acero.

Lo que necesitan

LINEBACKER INTERIOR: El vacío que dejó Ryan Shazier sigue sin llenarse. L.J. Ford está irrumpiendo como un jugador polifacético muy bueno en cobertura y contra la carrera aunque sin pass-rush, pero Bostic no da la talla y Vince Williams lo hace por los pelos. Ahí falta un líder. Encontrarlo con su primera ronda es para ellos casi una obsesión.

CORNERBACK: Joe Haden y Coty Sensabaugh no pueden ser los cornerbacks titulares de un equipo aspirante a ganar el anillo. Después del fracaso de Artie Burns, los Steelers necesitan encontrar un cornerback que lidere esa secundaria y que debería ser su segunda elección del draft.

LINEBACKER EXTERIOR: T.J. Watt es un animal en el lado derecho, pero Bud Dupree solo cumple en el izquierdo a pesar de tener delante a un Cameron Heyward de cuyo trabajo debería sacar mucho más partido. Además, falta profundidad.

RECEPTOR: Se va Antonio Brown y su vacío deberá ser ocupado por JuJu Smith-Schuster. ¿Pero quién ocupará el vacío de JuJu con su nuevo papel? Ellos esperan que James Washington, pero no estaría de más tener un plan B, e incluso un plan C.

RUNNING BACK: Nadie va a negar que Conner hizo una temporada extraordinaria sustituyendo a LeVeon Bell, pero también es evidente que los Steelers no confían demasiado en el poder de su backfield o no habrían sido el segundo equipo que menos corrió de toda la NFL. Deben encontrar un norte-sur potente que se complemente con Conner para volver a sembrar el terror desde el backfield. No descartaría que tentaran a Mark Ingram por si suena la flauta.

Su draft y conclusión

Pittsburgh tiene siete elecciones en el próximo draft. Ninguna de ellas compensatoria. Una primera (pick 20), una segunda (52), tercera (84), cuarta (123), dos sextas (176 y 194) y una séptima (221). Sabiendo que no suelen ser muy agresivos en la agencia libre, y que además tienen dinero para hacer uno, o como mucho dos fichajes, necesitan hacer un muy buen draft. Y aun así llegarán con más incógnitas que nunca a la temporada 2019.

El año que viene los Steelers no tendrán a Antonio Brown y pueden tener problemas para ganar partidos si siguen dependiendo tanto de su ataque aéreo. Además, los Cleveland Browns empiezan a ser peligrosos, los Ravens seguirán siendo correosos independientemente de Lamar Jackson y los Bengals deberían mejorar ahora que han salido de su bucle. Con todo, el mayor problema de los Señores del Acero no está en la plantilla, sino en el vestuario y la autoridad del staff técnico. Ahí pelearán su principal batalla en los próximos meses.