Todas las claves de la agencia libre de los Green Bay Packers
Más importante que reforzar línea ofensiva o pass rush, será que Matt LaFleur y Aaron Rodgers estén en la misma onda y tirando juntos del carro desde el primer día.
Definitivamente, los Packers han entrado de lleno en una nueva era. Comenzó hace un año en los despachos cuando Brian Gutekunst fue ascendido a general manager y se ha completado con el fichaje de Matt LaFleur como entrenador principal. Y el comienzo no va a ser sencillo. Los Packers han enlazado dos temporadas sin playoffs por primera vez desde 2006 y dos años con récord negativo, algo que no había sucedido nunca desde que Brett Favre debutó en 1992. Para añadir emoción al ‘más difícil todavía’ su división se complica cada vez más, con Bears como equipo emergente, los Vikings tan peligrosos como casi siempre y los Lions… bueno, los Lions nada.
Además, y como primera medida, LaFleur tiene la misión de rehabilitar a Aaron Rodgers. El quarterback sigue siendo una gran estrella y eso no lo va a dudar nadie, pero en 2017 se perdió más de media temporada por lesión y en 2018 firmó buenos números pero transmitió muy malas sensaciones. Y no solo porque arrastrara otra lesión. Además, tras el despido de McCarty se filtraron rumores, supuestamente de dentro del vestuario, diciendo que durante los partidos se saltaba y discutía las órdenes del entrenador. Independientemente de que esos rumores sean ciertos o falsos, para los Packers será importantísimo a corto plazo que LaFleur se gane el respeto de Rogers y que el quarterback le siga con los ojos cerrados. Solo con que consigan eso, la pretemporada ya habrá sido un éxito.
Así fue la pretemporada de 2018
Gutekunst también será mirado con lupa. El año pasado los Packers estuvieron más activos en la agencia libre de lo habitual, pero hubo más ruido que nueces. Muhammad Wilkerson estuvo casi todo el año lesionado, Jimmy Graham ha sido por ahora una terrible decepción, Tramon Williams suplió bien a Clinton-Dix, pero a los 36 años podría ser cortado para liberar casi 5 millones, y Marcedes Lewis se puede ir como llegó, y gracias.
En el draft, también hubo de todo. Jaire Alexander (CB-1ª ronda) apunta a estrella, y Josh Jackson (CB-2ª)no estuvo mal, pero todavía debe evolucionar. Oren Burks (LB-3ª) debería ser ya este año el linebacker interior que acompañe a Blake Martínez o habrá sido otro fracaso. Eligieron a tres receptores. J’Mon Monroe (4º) no ha existido. Valdes-Scantling (5ª) y Equanimeous St. Brown (6ª) sí han crecido lo suficiente como para pensar que serán jugadores importantes en el futuro. Cole Madison (G-5ª) ha abandonado el football, presumiblemente por miedo a las secuelas. JK Scott (5ª) es el punter del equipo y Hunter Bradley (7º) el long snaper. Las otras dos elecciones de séptima ronda no han jugado ni un minuto. Resumiendo, un buen puñado de jugadores útiles, pero no muchos espectaculares.
Sin problemas de Cap pero sin mucho margen
Los Packers tendrán alrededor de 35 millones de dólares para gastar y también es posible que tengan que cortar a algún veterano para conseguir más dinero. El corte más obvio podría parecer Nick Perry, pero sólo liberaría 3,33 millones y dejaría más de 11 de dinero muerto. Ha sido un gran jugador, solo tiene 28 años y está a tiempo de volver a rendir como en 2016, pero el año pasado acabó lesionado y ahora mismo es un jugador caro y un lujo, así que no hay que descartar una restructuración de contrato, igual que podría pasar con Jimmy Graham. También parece lógico el corte de Tramon Williams si, como parece, renuevan la posición de safety. Otro que puede estar en el punto de mira es Bulaga, que en los últimos dos años se ha lesionado demasiado; liberarían casi 7 millones, pero abrirían un boquete difícil de tapar en el tackle derecho. Por último, Mason Crosby dio el año pasado más disgustos que alegrías y su marcha liberaría 3,6 millones.
Entre los agentes libres, Muhammad Wilkerson y Bashaud Breeland quizá sean los únicos indispensables. Ambos llegaron el año pasado y estuvieron gran parte de la temporada lesionados, pero son muy buenos y sus contratos serán a la baja. Randall Cobb quizá siga si se empeña Rodgers, pero aunque solo tiene 28 años ha perdido velocidad de forma alarmante y no es ni la sombra del de hace cuatro o cinco años. Clay Matthews es otro ilustre sin hueco. Tendrá 33 años y sus 3,5 sacks de 2018 confirman que se ha quedado sin una gota de gasolina. Jake Ryan es otro que apuntaba a estrella pero entre lesiones y decepciones se ha ido desinflando. Acaba contrato de rookie y no debería seguir, entre otros motivos porque no tiene sitio y posiblemente le lleguen mejores ofertas.
Mirando al futuro, en 2020 llegará la renovación de Blake Martinez, Kenny Clark, Mike Daniels y Bulaga. Y en 2021 será un año clave para la línea ofensiva con renovaciones de Bakhtiari, Linsley y Lane Taylor, y para el backfield con Aaron Jones y Jamaal Williams. No parece que los Packers vayan a tener problemas a medio plazo para mantener el equipo.
Lo que necesitan
LINEBACKER EXTERIOR / EDGE: Es su prioridad. La 3-4 es sólida por delante con Daniels, Clark y Wilkerson/Lowry y por dentro con Martinez y Burks/Morrison aunque dejen marchar a Jake Ryan. Pero por fuera solo se pueden fiar de que Kyler Fackrell repita su sorprendente temporada de 2018 y de que Nick Perry vuelva renacido de su lesión. Necesitan un jugador que sea el sucesor de Clay Matthews como líder del front seven y van a invertir en él su primera elección del draft… como poco.
SAFETY: Todos los aficionados de los Packers sueñan con el fichaje de Earl Thomas, pero parece complicado, porque hay un buen puñado de equipos en la carrera por hacerse con sus servicios. Su llegada resolvería el problema del free safety y permitiría el corte de Tramon Williams así que Gutekunst puede rascar un poco más para conseguirlo. Ahora que los Giants han cortado a Landon Collins, tampoco hay que descartar esa opción.
GUARDS: En el guard derecho ahora hay un agujero importante, pero tampoco estaría mal que mejoraran a Lane Taylor en el lado izquierdo. Si consiguen el edge que buscan con su primera elección de primera ronda (pick 12), no habría que descartar que incluso usen su segunda primera (pick 30) en un guard de futuro.
RECEPTOR: Tras el draft del año pasado tienen profundidad, pero les falta un número 1 que acompañe a Davante Adams y le dé más opciones a Rodgers. En este draft no parece sencillo que encuentren un jugador con ese perfil y, por eso, están entre los favoritos para hacerse con Antonio Brown en un trade con los Steelers. Además, les vendría bien un tight end bloqueador si no renuevan a Marcedes Lewis.
CORNERBACK: Puede parecer que podrían conformarse tras elegir a Alexander y Jackson en primera y segunda ronda y con Kevin King también progresando, pero este grupo necesita un veterano que aporte solidez mientras tanto jugador joven evoluciona. Quizá ese hombre ya esté en la plantilla y sea Breeland, pero si no le terminan renovando deberán explorar la agencia libre para encontrarlo.
Su draft y conclusión
Green Bay tiene 10 elecciones en el próximo draft. Dos primeras (Picks 12 y 30), una segunda (44), una tercera (76), dos cuartas (108 y 112), una quinta (140), dos sextas (172 y 182) y una séptima (204). Suficientes rondas altas como para reconstruir de una tacada el equipo y aspirar a todo en 2019.
Más allá de elecciones y fichajes, la clave de los Packers estará en que recuperen a Rodgers. Para ello ya tienen un backfield potente, necesitan mejorar el interior de su línea ofensiva y darle receptores, pero sobre todo necesitan que el quarterback y el nuevo entrenador principal hagan piña, se sientan identificados y trabajen en la misma dirección. Solo con eso, incluso aunque los refuerzos no alcanzaran las expectativas, los Packers deberían abrir de nuevo la puerta de los playoffs.