España cae dando la cara en medio de un viento atroz
Clima duro en Georgia, que prácticamente anuló a los tres cuartos de ambos equipos. En el duelo de delanteras, prevalecieron los Lelos.
Se cumplió el guion en Georgia. España dio la cara, algo que ya es una constante, ante un rival mundialista, pero cedió ante la trituradora humana que son los Lelos en la segunda jornada del Seis Naciones B. Fue un partido marcado por el viento, que anuló prácticamente el juego abierto de ambos equipos y redujo el choque a un pulso de delanteras.
Ahí es intratable la del vigente campeón del Seis Naciones B (oficialmente, también de Europa), un pack de renombre mundial, con el que la Inglaterra de Eddie Jones, por ejemplo, ha llegado a realizar entrenamientos conjuntos. Quedó claro desde el principio. Con el viento a favor, los georgianos se metían rápido en la 22 española y martilleaban sin descanso la cortina defensiva. Chilachava, Gogichashvili, Gorgadze… La nómina georgiana en delantera daría para una serie de terror, pero España no estaba dispuesta a que le pasaran por encima y se afanó en el placaje con contundencia y eficacia.
No fue suficiente, sin embargo, para parar a Cheishvili, a la salida de una abierta, en el 14’. Antes el viento le había jugado la primera del día a Abzhandadze, que sí pudo transformar el posado. Tras 15 minutos de agonía, España se estiraba y conseguía viajar hasta la 22 rival a base de golpes de castigo georgianos y el arma más afilada de los Leones en lo que va de torneo: el maul. Dos se sucedieron en la jugada del primer ensayo español. Uno para meterse de lleno en campo contrario y otro, tras sacar un golpe al pack georgiano en melé (casi una proeza) y jugarlo a touche, adornado con un tornillo precioso que llevó a Barnes en volandas hasta la zona de ensayo en el 22’.
A partir de ahí fue el día de la marmota, hasta el descanso y más allá. El esquema siempre era el mismo. Con una infracción española Georgia lograba meterse en campo español y golpeaba una y otra vez a la corta. España tampoco podía aprovechar el viento a favor en la segunda mitad porque era tal su intensidad que no ayudaba. Sirvan de ejemplo dos patadas, una de Rábago y otra de Gimeno, que salieron casi de la 22 española para atravesar todo el campo (unos 90 metros) y perderse por el fondo contrario.
En ese toma y daca sin escapatoria, se impuso una y otra vez el empuje de los Lelos. Primero en el 30’, a la salida de una melé a cinco, Chilachava cargaba apoyado por dos compañeros y arramplaban con la descolocada defensa española. En el 50’ los Leones perdían a Barnes diez minutos por amarilla y en el 56’ se le unía en el sin bin Julen Goia. En superioridad, Lobzhanidze aprovechaba una melé que se metía hasta la zona de ensayo española para posar en el 62’ y Kerdikoshvili, en el 69’ cerraba la cuenta georgiana.
Todavía la maquillaría Oier Goia, debutante, con una poderosa salida de melé. El tiempo estaba cumplido y la victoria era de Georgia, que consiguió el bonus ofensivo y encarrila un año más el título a la espera de ver si es capaz de tumbar a Rusia. Eso será ya en marzo. Ahora toca una semana de descanso y el tres de marzo Rumanía, el otro equipo que quedó descalificado de la clasificación para el Mundial el pasado mayo por alineaciones indebidas, visitará el Central.