La Federación Catalana espera la dimisión de Jordi Lorca

Hace diez días, el Diari ARA publicaba un reportaje de investigación sobre los abusos sexuales a menores en el deporte catalán. Al margen de denunciar al entrenador Leo Armentano, que acumula varias demandas, algunos testimonios apuntaron a otro técnico de los 90 que respondía a las iniciales J.L. Se trataba de Jordi Lorca, presidente del CN L’Hospitalet y miembro de la Federación Catalana de Natación (FCN), tal y como explicó en Catalunya Ràdio Mireia Corachán, una nadadora que explicó su historia y que confirmó su voluntad de demandar al que había sido su entrenador.

Cuando aparecieron las primeras informaciones, la FCN cesó a Lorca de sus funciones al frente del Comité de Natación pero no puede relegarlo de su junta directiva al ser un cargo electo. El presidente, Enric Bertran, está esperando su dimisión. Lo mismo ocurre en el CN L’Hospitalet, debido a que su junta directiva ha dimitido y se ha convocado una asamblea extraordinaria para el día 18 con tal de escoger una nueva junta. Por medio de un escrito, Lorca comentó que “reitero mi inocencia y pido respeto por mis derechos”.

Hasta el lunes, las iniciales JL no habían trascendido públicamente, sí en el mundo acuático, aunque nadie había interpuesto una denuncia por abusos sexuales. Finalmente, y tal como avanzó en el programa Estat de Gràcia de Catalunya Ràdio Mireia Corachán, esta se producirá. “Es el momento de explicarlo”, comentó. “Recuerdo que todos normalizaban lo que pasaba en el club y por eso te daba la sensación de que no debe estar mal”, relató. “No soy la única”, añadió.

Te llegas a preguntar por qué yo no supe pararle los pies y otras compañeras en cambio sí“, comentó Mireia; “Nunca lo hablábamos entre nosotras. Yo siempre he tenido un miedo interno, una vergüenza… El entrenador era alguien muy cercano; tenía mucho contacto físico con la mayoría, aunque con el tiempo te das cuentas de que sólo se lo hace a determinadas chicas. Yo tenía 15 años y él 30. Pasaba tanto tiempo con él que era como un padre. Abusaba de su poder. El error es normalizarlo”, certificó.

Todo se precipitó después de un incidente en un cine, cuando, según Corachán, su entrenador le puso la mano por dentro del pantalón. Varias nadadoras de la época también llamaron a Mireia para darle su apoyo y para decirle que ellas también sufrieron esos abusos. Lorca, debido al ambiente creado y a las quejas de los padres, dejó el cargo de entrenador en 2001.

El CN L’Hospitalet era uno de los clubes más importantes en la época que relata Corachán. Hasta 2008, cuando entró en graves problemas económicos, nadadoras de la talla de Erika Villaecija o Mireia Belmonte defendían su escudo.