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NATACIÓN

Un técnico de natación abusó de menores durante años

Un extenso reportaje del ARA explica la historia de Leo Armentano, reputado entrenador a partir de los 90, quien hacía "tocamientos" y mantuvo relaciones con nadadoras.

Un técnico de natación abusó de menores durante años

Un reportaje de investigación del Diari ARA ha destapado los abusos sexuales que cometió Leo Armentano, reputado entrenador de natación en los dos décadas anteriores, a sus deportistas. Este exnadador y técnico en clubes como CN Molins de Rei, CN Sant Feliu, CN Lloret, CN Olot, o en la Residencia Blume, Las Palmas o Asturias, se aprovechaba de la esperanza de las niñas por alcanzar la élite de su deporte para llevárselas a una sala donde les hacía "adoptar posturas indecorosas y les hacía tocamientos en los pechos, nalgas y la vagina", según la sentencia del juez de 2003, cuando fue condenado a dos años de cárcel por abusar de tres nadadoras.

Después de ese episodio, tuvo que abandonar Asturias y volver a Cataluña donde siguió vinculado a otros clubes. Según la Federació Catalana de Natació, se le excluyó de sus labores cuando aparecieron los primeros rumores, por lo que Armentano acababa en otros clubes ya que las víctimas no interponían denuncias. En 2013, durante los campeonatos de España de Natación en Pontevedra, Armentano intentó abusar de otra menor que denunció en el juzgado de la localidad gallega. Le cayó un año de cárcel aunque quedaba suspendida si no cometía delitos similares durante tres años.

En 2014 hubo otra denuncia en Sant Feliu de Llobregat, pero esta quedó archivada porque no se pudo acreditar que él cometiera el delito. En 2016, una ciclista de 21 años (Armentano compaginaba sus entrenadores de natación con los de triatlón) lo denunció por intentar abusar de ella en un coche. El pasado mes de marzo, en la piscina de Molins de Rei, ocurrió otro abuso a una mujer que quedo registrado por las cámaras. Cuando la denunciante acudió a los Mossos ya advirtieron que sería el propio técnico.

Una de las víctimas, en declaraciones al ARA, comentaba que "me sentía una privilegiada porque me cuidaba. Estaba cegada, engañadísima. Lo veía como un amigo. Entraba en la habitación del hotel cuando estábamos desnudas, y nos decía: 'Tranquilas, soy yo'. Te hacía bajar el bañador, te miraba… Y nos hacía tocamientos con la excusa de un masaje. Tenía 17 años, pero eso pasó durante muchos y tuvo problemas con muchas nadadoras. Si se podía aprovechar de ti, lo hacía y mucho".

Una última víctima comentó que "tuvo relación con muchas nadadoras en los 90, de 16 y 17 años. Era un abuso de poder, a la mínima te tocaba la vagina. Muchos padres lo sabían y no hacían nada", relata. El reportaje deja claro también la dificultad de las víctimas para demostrar el abuso, lo que acaba por reduciendo el castigo o archivándose la denuncia.