Irene Sánchez-Escribano se crece en el barro del cross

Irene Sánchez-Escribano (Toledo, 26 años), habitual de 3.000 obstáculos, domina también en cross. Lo demostró al ganar en el circuito embarrado de Lasarte, una de las pruebas con más solera del calendario ANOC. “Siempre hace ilusión especial, porque además de las españolas hay extranjeras y es muy complicado llevarse una prueba”, relata la toledana, que debutaba este temporada en una prueba tras superar una bursitis: “Esto fue un empujón de motivación para seguir”.

Sánchez-Escribano preparó ya la temporada pasada el cross “a conciencia”: “Mi entrenador Antonio Serrano me impulsó a hacerlo y conseguí ser subcampeona de España. Cada vez le cojo más el gusto a esto, pese a que mi fuerte sean los obstáculos. Además, con la lesión, dejaré de lado la pista cubierta e intentaré clasificarme para el Mundial de cross de Aarhus (Dinamarca). Me da un poco de cosa ponerme los clavos”. Y, aunque es corredora de pista, se crece en el barro: “Me gusta y me motiva mucho. Cuando veo que el suelo está difícil, me vengo arriba”.

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Un punto de inflexión en la carrera de Irene fue a partir de 2016, cuando terminó sus estudios de Medicina, y se centró a tope en el atletismo: “Esta la tercera temporada que me dedico a tiempo completo y lo noto bastante”. Sánchez-Escribano comenzó a correr en el colegio con su profesor José Luis Carbonell. “Había hecho muchos deportes y encontré en el atletismo en el que me gustó”. Y, no sólo se enganchó ella, sino a su padre: “Él no había hecho ningún deporte y ahora es el presidente del Club Atletismo San Ildefonso, donde yo crecí como atleta”.

Para el verano su objetivo pasa por los Mundiales de Doha, a finales de septiembre, principios de octubre. Tendrá que debatir con Serrano una compleja planificación. “Será una temporada rara y larga, habrá que estar en forma muchos meses, porque los mitines no son tan tarde”. De momento, sigue en el campo a traves. Este domingo corre en el Cross de Sonseca.