Sean McVay es es prácticamente el opuesto perfecto de Bill Belichick. Uno muy veterano, el otro jovencísimo (Belichick tiene el récord de ser el entrenador más viejo en ganar la Super Bowl, McVay -32 años- batiría por cuatro años el récord del más joven, ahora en poder de Mike Tomlin). Uno defensivo, el otro ofensivo. Uno, el pasado y el presente; el otro, el futuro. Uno, el principal responsable de la dinastía más longeva de la NFL (con el permiso de Tom Brady), el otro el aspirante que intenta construir la suya. Lo siento, pero soy incapaz de resistirme a hacer la siguiente comparación: Bill Belichick es Darth Vader, el máximo exponente de un Imperio del Mal que ha sembrado el terror en la NFL desde hace décadas; y Sean McVay es Luke Skywalker, el joven intrépido pero poderoso en La Fuerza (del Football, claro) que intenta derrotarle. Sólo hay una diferencia, y es que en este caso McVay no es el ‘hijo’, deportivamente hablando, de Belichick (lo siento por el spoiler si eras tú la única persona del universo que no lo sabía).
Bill Belichick es Darth Vader, el máximo exponente de un Imperio del Mal que ha sembrado el terror en la NFL; y Sean McVay es Luke Skywalker, el joven intrépido pero poderoso en La Fuerza que intenta derrotarle
En efecto, McVay no proviene de la estirpe deportiva de los Patriots, sino que está “emparentado” con otros dos técnicos jóvenes y de mentalidad ofensiva con los que forma un triunvirato que parece que será uno de los que marque el camino por el que circule la liga en un futuro cercano (junto con los discípulos de Andy Reid): Kyle Shanahan y Matt LaFleur. Los tres coincidieron en el staff de los Washington Redskins entre 2010 y 2013, bajo la batuta del padre de Kyle, Mike Shanahan. Kyle era el coordinador ofensivo, Matt el entrenador de los quarterbacks y Sean, siete años más joven que los otros dos, primero el asistente y luego el entrenador de los tight ends. Cuando en 2014 Kyle Shanahan y LaFleur partieron hacia nuevos destinos -el primero a ser el OC de los Browns, escala previa a maravillar como OC en los Atlanta Falcons, y el segundo a Notre Dame, también escala previa para los Falcons- Sean fue ascendido a coordinador ofensivo de los Redskins, ya con Jay Gruden a los mandos.
En 2017 los Rams se la juegan y le nombran entrenador jefe un mes antes de cumplir los 31 años, siendo el más joven de la historia superando por unos 9 meses a Shane Kiffin (Oakland Raiders). El equipo, recientemente mudado a Los Angeles, venía de una aciaga temporada bajo el mando de Jeff Fisher que había acabado con un registro de 4-12 y un juego aún más pobre que, además, arrojaba muchas dudas sobre la validez de Jared Goff, el flamante número 1 del draft por el que los Rams habían hipotecado su futuro cercano dando numerosos picks para poder seleccionarle. Pero en su primera temporada (y, precisamente, con LaFleur como coordinador ofensivo) el joven head coach sorprende a propios y extraños y convierte a los Carneros en uno de los equipos revelación de la NFL, llegando a las 11 victorias y cayendo contra los Falcons en la wild card. McVay sería elegido entrenador del año.
Esta temporada, el equipo ha tirado la casa por la ventana para reforzarse y McVay, que se ha convertido en el referente de todos los equipos a la hora de buscar un nuevo entrenador jefe, ha seguido en el camino estelar del año pasado llegando a las 13 victorias y plantándose en la Super Bowl LIII tras derrotar a Cowboys y Saints en enero. Enfrente, el Imperio.
Que la fuerza te acompañe, joven Skywalker.
AUTOR DEL GRÁFICO: Miguel Ángel Fernández