Las claves de la Super Bowl LIII cuando ataquen los Rams

ESPECIAL SUPER BOWL LIII Los Angeles Rams vs New England Patriots

Las claves de la Super Bowl LIII cuando ataquen los Rams

Especial Super Bowl

Las claves de la Super Bowl LIII cuando ataquen los Rams

Si nos preguntaran sin mirar los números cuales son los ataques más explosivos de la NFL actual a todos se nos ocurrirán primero Chiefs, Saints o Steelers, equipos que juegan un football de fuegos artificiales, espectacular y muy vertical, que intenta atropellar a sus rivales. Lo curioso es que los Rams tienen globalmente el mejor ataque de la NFL solo detrás del de los Chiefs. La diferencia es que ellos son una especie de bulldozer que no da un respiro a sus rivales ni por tierra ni por aire. Son capaces de anotar en casi todos los ataques y de jugar de mil maneras distintas pero siempre controlando el ritmo del partido.

El secreto de su éxito está en Sean McVay, su entrenador principal, y un sistema elaboradísimo, tremendamente complicado para el espectador, que sin embargo facilita el trabajo de todos sus jugadores. Jared Goff no necesita pensar demasiado. Es una extensión en el campo de su entrenador y se dedica a ejecutar con precisión milimétrica jugadas pensadas para hacerle el trabajo sencillo siendo a la vez muy efectivas. Y claro, por detrás está Todd Gurley, el mejor corredor de la NFL y quizá el mejor jugador ofensivo de la liga. La única duda es si de verdad Gurley estará al ciento por ciento para el partido.

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Los problemas del ataque de los Rams

El mayor problema para este ataque es la lesión de Gurley sufrió contra los Eagles en la semana 15 de temporada regular. Desde entonces su auténtico estado de salud es un misterio. En la final de conferencia jugó muy poco, pero el equipo dijo que había sido por razones tácticas. Eso no se lo cree nadie. Y menos después de ver al jugar haciendo bicicleta estática en la banda sin parar, intentando mantenerse caliente por si hacía falta su concurso. Algo que solo se explica si no está completamente sano. El fichaje de CJ Anderson a última hora ha servido para que el golpe no sea tan grave, pero el tema deportivo por excelencia durante toda la semana previa a La Super Bowl está siendo el estado real de salud de Gurley.

CJ Anderson puede ser el arma secreta de los Rams a pesar de que fue fichado hace pocas semanas.

El segundo gran problema es otra lesión, la de Cooper Kupp en la semana 10 ante los Seahawks. Kupp era el receptor en el slot (interior) estrella del equipo y el jugador con el que Jared Goff, el quarterback, se siente más cómodo. Cuando Goff no tenía un pase claro, siempre buscaba a Gurley viniendo desde el backfield o a Kupp en corto, pero si ninguno de los dos está ¿cómo sobrevivirán? En realidad, en los playoffs ya no estaban al ciento por ciento y los Rams arrasaron en ataque a la defensa de campanillas de los Cowboys y Goff en la segunda mitad bombardeó sin piedad a la secundaria de los Saints. Al final, McVay siempre tiene soluciones.

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Las cinco claves cuando ataquen los Rams

Que Todd Gurley pueda jugar al ciento por ciento. Después de dos semanas de descanso es de esperar que Gurley se reponga lo suficiente para jugar al máximo nivel, o al menos convertirse en factor decisivo desde el banquillo. En la ronda divisional, después de dos semanas de descanso, estuvo en el campo el 57% de las jugadas, corrió 16 veces para 115 yardas y recibió dos pases. Solo con que repita esos números los Rams tendrán ganado medio partido.

Que Jared Goff no caiga en las trampas de Belichick. Al entrenador de los Patriots le encanta planificar defensas que desconcierten a los quarterbacks sin demasiada experiencia, confundiéndole en las asignaciones y en los jugadores que le van a presionar. Goff, que tiene 24 años, estuvo muy desconcertado en la primera mitad contra los Saints, que intentaron hacer algo similar, pero se recuperó en la segunda parte. McVay necesita darle soluciones sencillas a su quarterback desde el primer minuto, porque si los Patriots le anulan durante el arranque de la final pueden dejar el partido casi sentenciado.

El rendimiento de Brandin Cooks, y sobre todo de Robert Woods. La Super Bowl es un partido que siempre sorprende y en el que casi cada año emerge algún receptor desconocido para hacer la jugada del partido y convertirse en héroe. Los Rams tienen en Reynolds, Everett o Higbee jugadores con ese perfil, pero Cooks y Woods son jugadores de más de 1200 yardas por temporada que deberán convertirse en un dolor de cabeza para la secundaria de New England para que el sistema McVay funcione.

Su línea ofensiva. La línea de los Rams está entre las mejores de la NFL como demostró ante el temible front seven de los Cowboys en ronda divisional, que no pudo llegar a Goff en todo el partido. Ante los Saints sufrió algo más, pero acabó dominando en la segunda parte a una defensa que también consigue muchos sacks. Los Patriots tienen una de las defensas que más agobia al quarterback aunque no consiga muchos sack, y sobre todo en el arranque del partido entran a presionar con una intensidad endiablada. Es importante que la línea de los Rams aguante esas primeras envestidas. Sobre todo por dentro donde su center, John Sullivan, puede ser el eslabón más débil.

Controlar el reloj. Ambos equipos basan su éxito en controlar el ritmo del partido. Conseguir que sus ataques estén mucho tiempo sobre el campo para cansar a la defensa rival y hace que la suya descanse. Los Rams tuvieron más posesión en los dos partidos anteriores de estos playoffs, pero los Patriots fueron todavía más dominantes. Desde el primer minuto ambos equipos entrarán en una batalla táctica por dominar el tiempo y ganar la batalla territorial para empujar a sus rivales contra su zona de anotación y el que salga victorioso tendrá mucho ganado.

Cuando Jared Goff lance el balón.

Uno de los secretos de McVay para haber convertido a Goff en un quarterback élite ha sido conseguir que siempre tenga la posibilidad de lanzar pases fáciles. Es habitual ver rutas en las que los tres receptores están alineados en distintas distancias para que el quarterback pueda de un vistazo elegir al que esté menos cubierto y lanzar el pase ahí. También lanza muchos pases laterales a Todd Gurley, que con su calidad consigue un buen puñado de yardas en situaciones que de entrada no parecen ventajosas. Ese sistema ha provocado que poco a poco Goff haya ido ganando protagonismo y se haya atrevido a buscar y lanzar pases profundos peligrosísimos. Además, dos receptores estrellas como Cooks y Woods suelen facilitarle esos lanzamientos larguísimos porque casi siempre consiguen mucha separación de los defensas y poner patas arriba las secundarias rivales.

Los Rams necesitan encontrar como sea un jugador que pueda convertirse en salvavidas de Goff cuando esté presionado.

Pero en este partido, como pasó la semana pasada, si Gurley no está al ciento por ciento Goff puede quedarse sin nadie en el que apoyarse en esos pases de seguridad. Su otra conexión sencilla era Cooper Kupp y desde que se lesionó el porcentaje de completos por partido del quarterback ha bajado del 65% el seis de ocho partidos, cuando en los diez anteriores solo había bajado en tres ocasiones de esa cifra. Para corregirlo, McVay ha colocado a Woods en el slot como receptor de seguridad, pero no ha funcionado del todo bien porque él juega a gusto más abierto y también le echaron de menos en esa posición. Ante los Saints solo pudo coger seis de los diez pases que recibió para 33 yardas. El staff ofensivo de los Rams necesitará encontrar para la final un jugador que ayude a su quarterback en corto para que la pareja Woods-Cooks pueda sembrar el pánico a campo abierto.

La defensa de los Patriots intentará explotar esas debilidades haciendo lo que mejor sabe, que es desconcertar al quarterback. A veces habrá solo seis jugadores delante de la línea y en otras habrá hasta nueve, moviéndose constantemente para que el ataque no tenga ni idea de qué es lo que van a hacer. Lo mismo entran todos como lobos a por el cuarterback que pasan de esta encima a abrirse en cobertura por todo el campo en décimas de segundo. Este año han tenido serios problemas para defender pases cortos entre líneas, que casi siempre les han martilleado para hacerles mucho daño, sin embargo, en playoffs impidieron ese tipo de lanzamientos a los Chargers y en la final de conferencia secaron a Kelce, que es letal entre líneas. A pesar de esos lunares la secundaria de los Patriots es muy potente. Gilmore, su primer cornerback, fue elegido para la Pro Bowl como una de las estrellas de la posición, JC JAckson ha salido este año de la nada como un estupendo segundo y Jason McCourty ha sido un buen fichaje para el slot. Patrick Chung y Devin McCourty (hermano gemelo del anterior) llevan mucho tiempo jugando juntos y son una de las mejores parejas de safeties de la liga aunque el tiempo no perdona. Harmon, Jackson y Jonathan Jones completan un grupo que no solo vive de la calidad individual, sino de esconder lo que van a hacer para provocar que el quarterback rival cometa errores fatales para su equipo.

Cuando Todd Gurley corra.

Como Todd Gurley corra, apaga y vámonos. La defensa contra la carrera de New England quizá sea el eslabón más débil a ese lado del campo. Sus estadísticas engañan porque este año han sufrido muchísimo ante ataques con carreras poderosas. Gurley al ciento por ciento es imparable e imprevisible. Él solo puede ganar un partido como quien no está haciendo nada especial. Parece como si ni siquiera se cansara. Que está tocado no lo duda nadie, pero después de dos semanas de descanso puede volver a ser clave como sucedió en la ronda divisional. Los Rams ficharon a C.J. Anderson en la agencia libre, un corredor buenísimo que acabó 2017 con más de mil yardas e inexplicablemente estaba en el mercado, y ha tenido impacto desde el primer momento, pero no es lo mismo. Si Gurley está a tope es dificilísmo que los Rams pierdan; si Gurley y Anderson se relevan con éxito los de Los Ángeles también tendrán mucho ganado; si Gurley solo puede jugar ocasionalmente y tienen que insistir con Anderson todo será más complicado.

Si Gurley está al ciento por ciento y puede jugar todo el partido los Rams pueden ser invencibles.

Seguro que los Rams insistirán con la carrera al principio y pronto se desvelará la duda que debería marcar el partido. Quizá la mayoría esté esperando un duelo de alta anotación, pero salvo que el choque se rompa muy pronto, lo normal es que ambos intenten consumir mucho tiempo y veamos una batalla que se decida entre la veintena y la treintena de puntos por equipo.

La defensa de los Patriots está haciendo relevos siempre por delante, donde solo hay un jugador intocable, Trey Flowers, un muro en el lado izquierdo y un peligro constante para el quarterback rival. El resto de jugadores rota constantemente según la jugada prevista. En el segundo nivel es fijo Kyle Van Noy, que está en todas partes y está haciendo una temporada increíble después de llegar a los Patritos casi como un desecho. El otro intocable es Dont’a Hightower. Aunque ahora no sea ni la sombra que era hace cuatro o cinco años y se note su falta de velocidad, su experiencia sigue valiendo para convertirle en el eje sobre el que pivota todo el grupo por delante.

Equipos especiales e intangibles.

Esta offseason se ha planteado como una reválida para Sean McVay. El entrenador tiene 33 años, no había ganado nunca un partido de playoffs y había el temor de que le pudiera la presión de enero y tomara decisiones precipitadas como le pasó en el partido de temporada regular contra los Saints en que se decidió el factor campo. En los dos partidos que ha dirigido hasta a hora ha demostrado todo lo contrario. Los Rams cuidan el balón, sacan ventaja de todas las situaciones y cuando corren riesgos no lo hacen a lo loco. Los partidos son muy complicados y al final puede acabar pasando cualquier cosa, pero vistos los antecedentes los Rams cuidan suficientemente el balón como para que no sea normal que pierdan el partido por culpa de las pérdidas de balón o una jugada insensata. Goff sí que tiene que tener cuidado. Durante la temporada regular sufrió doce intercepciones (por once de Brady) y en la final de conferencia una más.

Si la victoria depende de una patada estratosférica, Greg Zuerlein es el hombre perfecto.

Su kicker, Greg Zuerlein es una estrella de la posición. En la final de conferencia dio una patada de 57 yardas que entró por el centro y altísima para que su equipo ganara. Probablemente habría sido buena también pateada desde diez yardas más lejos. Y además, el Mercedes-Benz de Atlanta también es un estadio cerrado. Esta temporada ha completado el 87,1% de lo que ha intentado con solo cinco fallos. Johnny Hekker, el punter, es muy bueno, pero además no tiene prácticamente trabajo porque su equipo anota en casi todos los ataques. Por si fuera poco, casi siempre tiene que patear desde muy buenas posiciones de campo, así que tiene más fácil clavar el balón y dejar al rival entre la espada y la pared. Solo ha sido bloqueado dos veces en su carrera, y la última en 2014.

Una Super Bowl es imprevisible y todo puede pasar, pero lo normal es que los retornos de los Rams no decidan el partido. Jojo Natson suele conseguir buenos avances retornando punts, con 10,8 yardas por intento, pero no es muy explosivo. Los kickoffs son devueltos por Blake Countess, sin grandes estridencias. Además, los Rams están entre los equipos menos penalizados de la NFL. Les castigaron con 100 pañuelos para 919 yardas. A favor están en la media de la liga con 103 para 878 yardas.

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