Así fue la Super Bowl XXXVI entre Patriots y Rams en 2002

ESPECIAL SUPER BOWL LIII Los Angeles Rams vs New England Patriots

Así fue la Super Bowl XXXVI entre Patriots y Rams en 2002

Especial Super Bowl

Así fue la Super Bowl XXXVI entre Patriots y Rams en 2002

Precisamente también fue un 3 de febrero, pero de 2002, el día que comenzó la dinastía de los Patriots tras imponerse en una Super Bowl en la que llegaban como víctimas a los increíbles Rams de Kurt Warner, ‘El mejor ataque sobre el Turf’. 17 años después puede cerrarse el círculo, pero puede ser divertido leer la previa que publicamos antes del duelo y la crónica posterior para hacerse una idea de la repercusión que tuvo la Super Bowl XXXVI que, con el tiempo, se ha convertido en memorable por todo lo sucedido con la franquicia de New England durante las dos siguientes décadas.

La previa

Un milagro, único rival de los Rams

St.Louis, ‘el mayor espectáculo sobre la tierra’, es favorito ante los Patriots de Brady, el niño milagro

La ruleta de la Super Bowl también tiene 36 números. El problema es que no hay 18 negros y 18 rojos. 35 tienen los colores de los Rams y sólo uno, el 12, el de los Patriots. Hoy (00:00 Canal +) se oirá el famoso ‘hagan juego señores’ y la bola ovalada empezará a volar en el Louisiana Superdome de Nueva Orleans. Quien haya apostado todo al 12 se puede hacer millonario.

El famoso numerito es el del quarterback de Nueva Inglaterra, Tom Brady. Un jugador que no pensaba disputar ni un minuto cuando comenzó la temporada y que se ha convertido en el hombre de moda en la NFL. Los Patriots llegaron a la Liga con el dudoso honor de ser uno de los cinco peores equipos para todos los analistas. Sólo tenían dos armas importantes: Bill Belichick, un magnífico entrenador considerado como el gran maestro de las defensas en la NFL, y Drew Bledsoe, un quarterback de relumbrón y el jugador mejor pagado de la liga (tiene un contrato de 105 millones de dólares en diez años).

El principio fue tan desastroso como se esperaba, pero llegó un milagro. Bledsoe se lesionó en la tercera jornada. Todo el mundo se echó las manos a la cabeza, pero Belichick se sacó de la manga a Tom Brady, un quarterback de segundo año, con muy poca experiencia, pero que se integró en el equipo desde el primer momento y consiguió que todos sus compañeros jugaran al 120%.

Desde ahí comenzó una racha meteórica que ha llevado a los Patriots a jugar la Super Bowl, a ser considerados el bloque mejor conjuntado de la NFL y a protagonizar eso que se llama ‘el sueño americano’ y que tanto gusta a la afición de ese país. Las simpatías del publico están con ellos.

Belichick se sacó de la manga a Tom Brady, un quarterback de segundo año, con muy poca experiencia, pero que se integró en el equipo desde el primer momento y consiguió que todos sus compañeros jugaran al 120%

Enfrente tendrán al que se ha dado en llamar ‘el mayor espectáculo sobre la tierra’. Los St. Louis Rams juegan el mejor fútbol americano que se recuerda y llegan al partido seguros de la victoria.

El problema para los Patriots es que sus rivales no sólo llegan con la prepotencia del que cree que tiene el partido ganado. Su entrenador, Mike Martz (la más diabólica mente ofensiva de la historia), quiere conseguir además el resultado más escandaloso en una Super Bowl y no dará cuartel en ningún momento.

El otro problema para los Patriots es que los Rams tienen argumentos para cumplir ese objetivo. Su ataque es el mejor de la NFL de largo y su defensa la tercera de la competición. Warner, Faulk, Holt, Bruce, Williams, Fletcher... (considerados los mejores jugadores de la NFL en sus puestos), son máquinas de jugar dentro de otra maquinaria endiablada que practica un fútbol americano de escándalo.

Los Patriots deberán jugar un partido perfecto tanto en defensa como en ataque y esperar muchos errores de sus rivales para soñar con una victoria in extremis. Sus mejores armas son una defensa imprevisible y unos equipos especiales acostumbrados a jugadas imposibles (sobre todo con los retornos de Troy Brown).

Al final de la noche dejará de girar la bola ovalada. Si se detiene en el número 12, el número de Tom Brady, el número del niño milagro, los Patriots habrán conseguido la hazaña de derrotar al ‘mayor espectáculo sobre la tierra’ y unos pocos se habrán hecho millonarios.

Qué no pare la fiesta

Además del partido, el show previo y el del descanso también serán dos espectáculos asegurados.

Barry Manilow, Paul McCartney y Mariah Carey cantarán antes del partido. El peso del clásico show del descanso lo llevará el grupo irlandés U2. Todos los actos pretender rendir tributo a la libertad y al espíritu de los héroes diarios en relación con los acontecimientos del 11 de septiembre.

Se habían enfrentado en temporada regular

Los Rams le habían ganado a los Patriots dos meses y medio antes de la final, el 18 de noviembre, 24 a 17. Kurt Warner había superado las 400 yardas de pase, con tres touchdowns y dos intercepciones y Brady había sumado 185 con un touchdown y dos intercepciones. Los Patriots llegaron a ponerse por delante al principio del segundo cuarto 7-10, pero los Rams remontaron antes del descanso y en la segunda mitad dominaron el choque con tranquilidad.

La crónica

La victoria del espíritu americano

Los Patriots hicieron el milagro y destrozaron a unos Rams irreconocibles

La Super Bowl se jugó en las trincheras. Un equipo, los Patriots, defendiéndose con arcos y flechas y con una única consigna: aguantar o morir. Enfrente, los Rams, una máquina bélica considerada invencible.

Y a la victoria se lanzaron los de St. Louis con toda su artillería. Primer drive, primera anotación. “Chicos, esto está hecho, nos los vamos a merendar”.

Desde ese momento, la batalla se desarrolló en la Colina de la Hamburguesa. Warner, Holt, Bruce y Faulk querían pero no podían. Los arcos y las flechas de los Patriots eran como un muro infranqueable y los Rams (carneros), se empeñaron en derrumbarlo a base de cabezazos. Al final, los carneros se rompieron los cuernos y el muro seguía ahí, inmenso, infranqueable... los Patriots salvaron el orgullo americano y devolvieron a los aficionados la fe en los sueños imposibles y en las grandes hazañas.

Los Rams se empeñaron en ganar el partido a lo grande. “Vamos a prescindir de Faulk. Ya sabemos que es nuestro mejor jugador, pero da igual. A estos les ganamos con una mano”. No había carreras, sólo pases de fantasía, pero ya se sabe: la aviación no gana batallas, hace falta infantería para conquistar el terreno y los Rams prescindieron de ella.

De pronto, en medio del fragor del combate, lo inesperado. Los Patriots derribaron un avión de un flechazo. Intercepción a Warner y primer touchdown. 7-3 y los espectadores frotándose los ojos. ¿En el siglo XXI también existen los milagros?

Poco después, segundo golpe de mano. Los Rams vuelven a perder el balón y los Patriots corren colina abajo, destruyen la defensa, dejan el marcador 14-3 y se van al descanso con muy pocas bajas. Mientras, los de San Louis se duelen de sus heridas y su infantería, Marshall Faulk, sigue en la reserva.

Después del descanso, los Rams, en su soberbia, siguieron empeñados en ganar con la aviación y los Patriots, en las trincheras, esperaban su oportunidad para dar otro golpe de mano. Nueva intercepción y 17-3. El mayor espectáculo sobre la tierra, huía en desbandada.

Los Patriots sacaron el arma definitiva, el as en la manga que guardaban hasta el final, el número 12, Tom Brady.

Por fin, cuando sólo quedaban diez minutos, y todo parecía perdido, los de St. Louis sacaron todas sus armas. Aviación, artillería, infantería... En siete minutos, los únicos de todo el partido en los que vimos jugar de verdad al mejor equipo de los últimos años, empataron el partido. 17-17, un minuto y medio por jugar y Madden (el mayor especialista mundial de este deporte) recomendando a los Patriots que izaran bandera blanca.

En ese momento, los Patriots sacaron el arma definitiva, el as en la manga que guardaban hasta el final, el número 12, Tom Brady. Un drive mágico, atravesando el campo de batalla, jugada a jugada, con una facilidad pasmosa y llegando a la yarda 30 con siete segundos por jugar para que Vinatieri, el francotirador, anotara un field goal in extremis que puso el broche de oro a una de las batallas más hermosas de la historia, 20-17.

Tom Brady, MVP por ese drive mágico, y su entrenador, Belichick, a la derecha de George Washington en el lugar de los grandes estrategas de la historia.

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