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BOXEO

Munguía: de rechazado ante Golovkin, a estrella en ciernes

El púgil mexicano realiza este sábado su tercera defensa del WBO del superwelter en Houston ante Takeshi Inoue. Una nueva prueba para reafirmar su posición.

Perfil de Jaime Munguía antes de pelear contra Takashi Inoue en Houston por el WBO del superwelter.
AFP

Con 22 años Jaime Munguía (31-0, 26 KO) muestra una madurez por encima de lo habitual. El púgil de Tijuana ya es tres veces campeón mundial WBO del superwelter, pero todavía tiene mucho que crecer sobre el ring. Él lo sabe y nunca lo ha ocultado. Esa sencillez y humildad (también un estilo directo que engancha) hace que sea querido por gran parte del público, pero estuvo a punto de sustituir a Canelo ante Golovkin y eso no lo olvidan los fans del campeón mexicano, aunque cada vez va entrando en el corazón de la gente. Es una estrella en ciernes que hace una año era un desconocido para el gran público, y también para las altas esferas del boxeo mundial.

Tras el positivo de Canelo antes de su revancha contra Golovkin, el kazajo puso el nombre de Munguía sobre la mesa, pero la televisión y la Comisión Atlética de Nevada no se lo permitieron. Contaba con un récord de 28-0 (24 KO), pero sólo había disputado un combate en Estados Unidos y no convenció. Iba a subir una categoría. No le dejaron. Esa posibilidad escoció entre los fans de Canelo, que no entendían como un chico tan joven podía pensar en ser el sustituto del ídolo mexicano, aunque cualquier en su lugar hubiese aceptado. El palo fue grande, pero el nombre de Munguía estaba en boca de muchos y le salió una nueva oportunidad.

El día 12 de mayo pelearía por el WBO del superwelter ante Sadam Ali, que venía de ganar a Cotto en su retirada. No estaba programado, pero aceptó el duelo por la lesión de Liam Smith y se ventiló al verdugo de la leyenda en cuatro asaltos. Era su confirmación. Tenía boxeo y potencia. Quería ser un ídolo para la afición mexicana y era consciente que debía trabajar. A ello se puso y se fue a por el rival que debía ganar para demostrar que era el mejor: Smith. El británico, que sólo había caído ante Canelo, mostró sus debilidades, pero Munguía ganó. "Es un gran púgil y dejó claro que aun estoy verde. Ahora sé por donde estoy trabajando", apuntó desde el ring el mexicano. Su sencillez, encandiló.

El 2018 estaba siendo su año y lo corroboró ante Brandon Cook, al que dejó KO en tres asaltos. Sí, había avanzado en su boxeo y continuaba con su progresión. En el punto en el que estaba necesitaba una pelea de nivel que copase toda la atención de una velada, y lo tendrá este sábado en el Toyota Center de Houston. Se medirá a Takeshi Inoue (13-0, 7 KO), un japonés que también llega en progresión y que ha dejado grandes sensaciones, pero siempre en Asia. Ahora quiere confirmarse en Estados Unidos, el mismo objetivo de Munguía. El de Tijuana tiene mimbres de ídolo, pero está cocinándose, pese a ello la exigente afición mexicana estará muy encima este sábado. De desconocido a posible favorito de la afición en menos de un año. Munguía crece de manera exponencial y en Houston vuelve a examinarse.