Mickelson gana los 9 millones ante Tiger Woods en 22 hoyos

The Match, el mediático duelo entre Tiger Woods y Phil Mickelson por nueve millones de dólares fue lo que se esperaba y más… un espectáculo completamente diferente a lo habitual, que ganó el Zurdo de San Diego en el cuarto hoyo de un larguísimo desempate que llevó el partido hasta las cinco horas y que terminó de noche cerrada. Todo fue distinto desde el tee del hoyo 1 de Shadow Creek, el campo de Las Vegas que acogió el choque en formato match-play. Allí, los dos iconos del golf en el siglo XXI atendían con una sonrisa las preguntas del periodista. Nada que ver con la tensión de un major o una Ryder. Otra cosa. Y salieron hacia el green con la primera apuesta: quien hiciera un birdie ganaría 200.000 dólares. Ninguno lo hizo. El juego no fue lo más espectacular en un choque de alternancia total, casi extrema. 

Tanto Mickelson como Tiger tenían micrófonos incorporados en los que se escuchaba al detalle su respiración y las charlas con el caddie o entre ellos, claramente provocadas por el bien del show (hablaron sobre la Ryder, sobre qué palos usar…). El de San Diego fue el primero en ponerse arriba en el hoyo 2. Un buen birdie, Tiger no estaba fino, pero aguantaba y ofreció una apuesta de que ganaría el hoyo (esos llamados challenge se sucederían durante todo el partido). Mickelson no la aceptó. El Tigre apostaba sobre seguro y se lo llevó. Empate, aunque antes, Lefty le había batido en el desafío de un par 3 en el que se jugaban 100.000 dólares al que se quedara más cerca de la bandera. Lo económico siempre presente. Estilo Las Vegas.

Y siguió la acción. Charlas de Tiger con su caddie Joe LaCava y de Mickelson con su hermano Tim. Hubo un baile de hoyos, pero la igualdad siempre presente, algo que favorecía también al espectáculo. Mickelson se llevó el ocho, Tiger el 11 y el 12 y se ponía por primera vez por delante. Más conversaciones, interacciones con Charles Barkley, con Samuel L. Jackson o Natalie Gulbis. Pero iban avanzando los hoyos y los rostros se ponían algo mas serios. Mickelson se ponía uno arriba en el 15. Los dos genios sacaban ya su mejor cara. Y Tiger puso en pie al público con un tremendo chip para birdie en el 17. Sacaba el puño. “Esto recuerda al Tiger de los viejos tiempos”, tuiteaba el canal que emitía el partido en pay per view.

Con los challenges en 300.000 dólares para Tiger y en 600.000 para Mickelson, llegaba en el hoyo 18, un par 5. El espectáculo se quedaban en un final de infarto, el momento que más pudo recordar a un major de todo The Match. Un final Tiger-Mickelson que hacía retroceder a un pasado de oro. Woods ya era más esquivo con las preguntas de Natalie Gulbis, se notaba que buscaba concentración. Acabaron en birdie y Tiger concedió un putt de más de un metro a Phil para forzar el desempate. El ambiente se volvía a destensar con esa concesión. Regresaban al 18 para la muerte súbita…

Vuelta a empezar. Tiger se fue a unos árboles. Y Mickelson salió perfecto. Woods ni siquiera intentó el green, al que llegó cómodo en el tercer golpe. Phil fue el que se metió en líos porque se fue a un búnker que le dejó en situación comprometida al sacarla a green. Los vaivenes del partido se reproducían en el primer hoyo de desempate. Parecía incluso algo guionizado. Otra igualdad.

Llegaban al denominado hoyo 20, que era el 18 reconvertido a par 3. 93 yardas para 9 millones de dólares. Y adivinen... el primer intento se resolvió con un par para cada uno, ese par 3 se repetiría dos veces más. Hoyo 21. Mickelson lo tenía y falló un putt absurdo. Tiger le concedió la siguiente y Lefty se la dio también al Tigre. Caballerosidad ante todo. Total, al 22 y de noche totalmente. Ambos pegaron dos superhierros. Tiger falló y Mickelson embocó para llevarse el botín millonario, del que parte irá a beneficencia.  Fue un show largo, con dos estrellas y que se estiró hasta 22 hoyos, cinco horas... Algo completamente diferente.