Raúl Cuerva peleará por el bronce, lo mejor de un mal día
Matías Gómez era otra opción de estar por las medallas, pero perdió un combate porque ya no tenía la cartulina para pedir la revisión
Matías Gómez puede maldecir su suerte porque el manchego le faltó la cartulina de la revisión televisiva para meterse en la semifinales de menos de 55 kilos. Perdió por 3-4 ante el chileno Joaquín González, pero tuvo el empate en los últimos segundos, y en igualdad hubiese pasado él porque fue el primero en puntuar en el combate; pero en ese momento al seleccionador Ángel Arenas ya no le quedaba la cartulina. Raúl Cuerva, que ganó dos combates en la repesca en menos de 67, peleará por la medalla de bronce: lo único positivo del miércoles en los Mundiales de Madrid
Pero es significativa la manera por la que Matías no siguió los pasos de su compañero. El seleccionador Arenas se había quedado sin la cartulina de revisión por pedirla antes y no prosperar la protesta, y así sólo la hubiese recuperado en las semifinales. En realidad, todos los seleccionadores están obligados a tirar de la cartulina, y aciertan en la mayoría de las ocasiones, pues por increíble que parezca uno solo ve más y mejor que los cinco jueces. Y Arenas atinó en sus peticiones, pero falló en una con Gómez, y eso le lastró contra el chileno: todos vimos el yuko, el punto del 4-4 a poco para el final de los tres minutos, menos los jueces, pero se había quedado sin poder apelar a la televisión: González, 20 centímetros más alto, le castigó con cuatro yukos, todos iguales. El caso es que Matías había hecho un gran torneo, de menos a más, tras eliminar al congoleño Aymar Bimoko (1-1) por marcar antes, 3-2 al taiwanés Kuan Chien, y en los dieciseisavos de final aplastó 7-0 al serbio Milos Radojevic (un yuko y dos ippones).
Fue un día aciago para la delegación española: a Carlota Fernández la remontarón en el tercer combate para perder Irina Sharykhina por 2-3 tras un 2-0. Gemma Morales cayó en el primer combate, y Cristina Ferrer también se quedó fuera en los primeros combates, como Rodrigo Ibáñez que en su cuarto combate cayó ante el japonés Ken Nishimura en menos de -75 kg, y aunque parecía con opciones de repesca por la calidad del nipón, tampoco hubo fortuna porque el asiático también cayó.
Sólo Raúl Cuerva estuvo en la pomada. El talaverano hizo una notable competición, sin fallos, sin riesgos excesivos para no caer en las contras que están decidiendo los combates, y se presentó en la cuarta ronda ante el francés Dacosta, finalista y uno de los mejores del peso: perdió 3-2, en un encuentro muy igualado. Por la tarde, casi noche, salió en el tatami y ganó bien dos combate más y así estará, como Babacar, en la pelea por el bronce el sábado.