Ana Pérez lidera al equipo de gimnasia camino de Tokio 2020
Tres veces campeona de España absoluta, la única olímpica de la Selección, ganó su primera medalla a los siete años, con un brazo escayolado
La sevillana Ana Pérez (Sevilla, 1997) llegó a la gimnasia por casualidad, por seguir los pasos de su hermano mayor que le contaba a la hora de la cena lo bien que se lo pasaba en los entrenamientos. Por eso convenció a sus padres para ir al gimnasio, y al poco ella convenció a la gimnasia de que era un proyecto de futuro. Lo hizo en un torneo de Andalucía, en la categoría de benjamines: ganó su primera medalla, de bronce, compitiendo con un brazo escayolada. Ya tenía buena nota en algo imprescindible para ser gimnasta de élite: saber sufrir.
Y sí, porque catorce años después, en febrero de este año, como no remitían los dolores de la muñeca izquierda tras resentirse en el Mundial de 2017, pasó por el quirófano: rotura del fibracartílago. Dos meses de repaso, la primera mitad de la temporada, y desde junio sin parar: Juegos del Mediterráneo (fue la tercera en la general en su primera competición tras la lesión) campeonato de España (que ganó en la general, el tercero en su carrera tras los de 2015 y 2017) y liderazgo del equipo español en el Europeo de Glasgow, donde tras una época amarga para la gimnasia española, las chicas acabaron con el séptimo puesto, una llamada de atención, una reivindicación de lo que es la gimnasia española.
Porque en un tiempo de vacas flacas, Ana Pérez, Anita, era la alegría de la Selección en el CAR de Madrid, la única que logró plaza para representar a España en los Juegos de Río. Sin equipo es imposible destacar; eso lo saben los gimnastas, los entrenadores, lo seguidores. Pero cumplió su primer sueño, el de ser olímpica, Ahora tiene otro, estar en Tokio 2020 con el equipo español en el que ejerce de líder, por calidad, con experiencia, por dedicación, Un reflejo para sus compañeras que con ella, el domingo, en Doha, comienzan el camino a los Juegos en Japón.