El Gobierno Vasco, tras la espantada de culturistas: "O son limpios o no hay futuro"

Sigue trayendo cola la Copa Euskadi suspendida el pasado domingo en Santurtzi al producirse una espantada de 20 de los 27 participantes (según fuentes próximas al evento) cuando se enteraron de que, tras el pesaje, iban a ser sometidos a una serie de controles antidopaje. “Se asustaron al verles”, señaló Antonio León, presidente de la Asociación de Fisioculturismo de Euskadi. Pide que este colectivo se regule como Federación Deportiva. 

La Agencia Vasca Antidopaje (AVA) realiza cada año unos 300 controles, y sólo suele detectar dos o tres casos de positivo, así que este incidente y otro tan grave o más en junio (cinco positivos sobre doce análisis) ha puesto en alerta a los responsables del deporte en Euskadi. “Estas cifras nos distorsionan lo que hacemos habitualmente”, sostiene Jon Redondo, director de Deportes del Gobierno vasco. El jueves se reunirán con los organizadores del campeonato de Santurtzi.

Al no existir una federación de culturismo y organizar estos eventos una entidad privada, podría considerarse que la lucha contra el dopaje está en una nebulosa, pero los organizadores firman un protocolo con las autoridades para acabar con los atajos hacia el éxito y cazar a los tramposos. “La imagen no es la mejor, o se cambia chip y se opta por una vía limpia o no hay futuro”, prosigue el dirigente. “La competición tiene que tener unos mínimos de tolerancia cero y limpieza, y si quieren seguir compitiendo en culturismo aquí no tienen sitio los tramposos. La imagen que está trascendiendo a la sociedad no es la mejor".