TRIATLÓN | MOLA Y ALARZA VISITARON AS
“Esta es una generación de triatletas excepcional”
El tricampeón del mundo Mario Mola y el subcampeón europeo Fernando Alarza visitaron As para analizar el gran momento del triatlón en España.
Mario Mola, tricampeón del mundo, y Fernando Alarza, subcampeón de Europa y sexto mundial, visitaron este lunes As para festejar sus grandes logros personales y un hito extraordinario que poco a poco se está normalizando: España es una superpotencia en el triatlón a nivel planetario. Por eso es justo y sano poder charlar con dos referencias de este calibre para que expliquen qué es lo que hay detrás de este dominio. “Hay muchos factores para explicarlo, como puede ser que somos de un país donde se puede practicar este deporte durante todo el año... pero sobre todo hay que tener en cuenta que esta generación de triatletas es algo excepcional, que ojalá siempre tengamos a gente que pueda continuar estos éxitos, con este talento y esta capacidad de sacrificio. Hasta ahora nos ha ido bien, pero es muy difícil que esto continúe para siempre”, analiza Mario Mola.
Lo que sí van a tener los que intenten tomar su relevo son ejemplos a seguir, como también los tuvieron ellos. “Fue muy importante en nuestros inicios poder ver por televisión cómo Iván Raña ganaba el Mundial”, apunta Fernando Alarza sobre el que se considera como el primer gran referente con su título mundial en 2002. Luego Javier Gómez Noya y su pentacampeonato, su plata en Londres… y su Premio Princesa de Asturias lograron un reconocimiento global. Con la marcha del ferrolano a la larga distancia, Mario Mola (mallorquín de 28 años) y Fernando Alarza (talaverano de 27) se quedaron como máximos representantes en la élite del triatlón olímpico.
Y si en algo coinciden ambos es en lo que cuesta estar entre los mejores. “Hay que sacrificar mucho, estar fuera de casa todo el año entre pruebas y concentraciones”, explica Mola, consciente de que “no todo el mundo es capaz de estar tanto tiempo lejos de su familia y su casa”. Y el balear lo sabe bien tras vivir esta temporada un momento muy delicado antes de la segunda prueba, en Bermudas. Su pareja, y también triatleta, Carolina Routier, fue atropellada mientras entrenaba con la bicicleta sufriendo varias fracturas. “Ni deshice la maleta con la intención de volverme. Fue ella la que me tranquilizó y también me animó a que compitiera y no renunciara”, cuenta. Cuando regresó, se cogió un hotel al lado del hospital donde estaba ingresada para estar con ella... y poder seguir con los entrenamientos.
Porque hasta ese punto exige una disciplina como el triatlón al máximo nivel porque “cada día que no entrenas es como dar varios pasos hacia atrás y luego, si el periodo de descanso es largo, al volver a los entrenamientos todo son molestias, problemas...”.
“Nos hemos acostumbrado a entrenar tanto que no lo puedes dejar. Te afecta tanto al cuerpo como a la cabeza”, añade Alarza, que pone un divertido ejemplo de hasta dónde puede llegar la obsesión: “Eres consciente de que los rivales se están preparando muy bien y un día que te quieres relajar viendo Netflix... casi no lo disfrutas. Tienes en la cabeza que los demás se estarán entrenando a muerte… ¡y tú estás tumbado viendo una película!”.
Todo para mantenerse en la élite de un deporte relativamente joven (nació en los años 70 y el primer Mundial se celebró en 1989) y que está en constante evolución. “Los hermanos Brownlee lo revolucionaron todo con sus tácticas de salir a tope desde el principio”, apunta Alarza. “Noya también influyó en cómo afrontar el sector de la natación. Ahora es una gran desventaja salir con 20 segundos perdidos del agua”, explica Mola.
El sustento principal para tanta dedicación son las becas ADO, los patrocinadores personales y la Federación Española, que costea los largos viajes para competir en las nueve citas de las que constan las Series Mundiales, la competición que desde marzo en Abu Dhabi hasta septiembre en Australia (según el calendario de este 2018) tiene paradas en cuatro continentes y elige al campeón del mundo. “Hay citas que son más apartadas de las ciudades y hay menos ambiente, como la de Edmonton, pero también hay ejemplos como Hamburgo, donde la prueba se celebra en el centro de la ciudad, es espectacular y hay muchísimos espectadores”, explica Alarza. España, que no es sede en la máxima competición desde 2013, sí estará en 2019 presente en la Copa del Mundo. Será en Madrid, el 5 de mayo, fecha que se ha ajustado para que las figuras, como los propios Mola y Alarza, estén presentes.
Un nuevo empujón para un deporte que en España está viviendo un crecimiento constante, sobre todo de practicantes debido a la “fiebre” por pruebas populares. Las hay de distancia olímpica (los 1.500 metros de natación, los 40 km de bici y los 10 de carrera sprint), pero también sprint (acortada a la mitad, modalidad también presente en las Series Mundiales pero de formato más corto y televisivo). También se ensayan con competiciones más espectaculares como la Superleague, en cuya cita de Mallorca Mario Mola pondrá fin a su temporada. “En las pruebas para aficionados hay todo tipo de distancias, según el nivel y la edad, eso también ayuda a que la gente se inicie”, apunta Alarza, que al igual que Noya está haciendo sus pinitos en Ironman y ganó la pasada semana en Cascais su plaza para el Mundial de Niza.
Un Ironman (3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie) cuya tremenda exigencia (obliga a ser más fondista y menos explosivo) parece ser la evolución natural del triatleta olímpico a su madurez. De ello se habla mucho esta semana, ya que el sábado se celebra la cita más emblemática y donde se corona al mejor ‘superhombre’: Hawái. Allí, donde Raña debutó en 2013 siendo sexto y Eneko Llanos puso el techo español con su segunda plaza en 2008, Javier Gómez Noya debutará este sábado en una participación en las que las expectativas son altísimas.
Mola y Alarza estarán pendientes. “Es muy difícil que un debutante gane una carrera como Hawái, nunca ha pasado. Es una prueba en la que influyen muchísimos factores: la suerte, no tener problemas, adaptarse bien al calor... porque además de la exigencia, las condiciones son mucho más extremas de todo lo que él haya podido afrontar hasta ahora”, apunta el mallorquín con sensatez, aunque se mira con Alarza y ambos coinciden en confiar en la sorpresa del gallego: “Si hay alguien que es capaz de hacerlo, ese es Javier Gómez Noya”.