El descaro de Pons le lleva a un bronce de categoría
Quería una medalla para seguir con su evolución hasta Tokio 2020 y nadó desde el principio en puesto de medalla. Sus 4:14.26 atestiguan la mejoría de un nadador competitivo.
Con la sexta marca, por la calle 7, Pons salió a por todas. Esa era su estrategia para intentar asaltar un podio que, días antes se veía posible. "Joan dará la sorpresa", avisaba José Antonio del Castillo, su entrenador. Después de la mañana, se reunió con el biomecánico para corregir detalles. Y así hizo. Completó una buena posta de mariposa (57.43) que le llevó a la cuarta posición, pero el estacazo lo dio en la espalda, cuando ya se colocó tercero con 2:01.83. Más allá de la posición, y con el húngaro Verraszto y el británico Litchfield peleando por el oro, el resto de perseguidores del español empezaban a quedarse rezagados en los costados. La medalla cobró forma.
En la braza, Pons apretó los dientes, no perdió el estilo en ningún momento y afianzó la posición. Tocó de nuevo tercero (3:13.65). Pero el mallorquín empleó más fuerza de la que debía y llegó fundido al estilo libre. El alemán Heintze y el nadador de Azerbayán Shemberev se acercaban por las calles 2 y 3. La carrera iba por carriles tan dispares que desde la grada el resto del equipo español no apreciaba si deban caza a Pons o no, que llegó apurando a los últimos metros. Las últimas brazadas fueron un suplicio, pero Pons aguantó y tocó tercero con una ventaja de solamente 47 centésimas (4:14.26). Un bronce que sabe oro para él y para la natación española. Jessica Vall ya tiene un acompañante en estos Europeos de Glasgow.