Eddie Álvarez, doble reto: Poirier para vengarse y revalorizarse
Eddie Álvarez se enfrenta a Dustin Poirier en el UFC Calgary. Lucharon en 2017 y firmaron nulo. Álvarez vive la última pelea de su contrato, después tiene que negociar.
El UFC Calgary es el evento de los nervios. José Aldo y Joanna Jedrzejczyk llegan con el agua al cuello. Mientras, Eddie Álvarez no llega tan presionado, pero sí con nervios. En Canadá disputa el último combate de su actual contrato con la UFC. Después deberá negociar la renovación. Si gana será al alza, pero si pierde se producirá el efecto contrario. Arriesga al aceptar una pelea tan difícil, pero no tiene dudas de que tras Calgary habrá un acuerdo que le guste.
"No creo que haya ninguna razón para no hacer esta pelea. No me han dado una oferta lo suficientemente buena como para no correr el riesgo que estoy dispuesto a tomar. Creo que llegaremos a un acuerdo, pero sólo quiero que me hagan una mejor oferta. La UFC gana mucho dinero cuando peleo, hago que los aficionados se emocionen. Lo que estoy pidiendo es lo que siento que merezco", aseguró el estadounidense en a BJ Penn en la previa de su combate.
Por tanto, Eddie Álvarez pone mucho en juego porque además de su futuro económico está el deportivo. El estadounidense es el número tres del peso ligero y se mide contra el cinco, Dustin Poirier. Se acercaría al cinturón si acaba con el brazo en alto, pero se alejaría mucho de caer. De nuevo en el brete. Todo o nada. Por si fuese poco, en esta pelea también está presente el honor. Álvarez y Poirier se cruzaron en el UFC 211 (13 de mayo de 2017), una pelea vibrante... pero que acabó con No Contest después de que Álvarez conectase un rodillazo ilegal sobre Poirier. Fue polémico, pero justo. Ahora quien la redención.
Poirier parte como favorito en las apuestas, pero si llevan su revancha como la primera pelea todo puede ocurrir. Ambos se dedicaron a intercambiarse puñetazos, patadas, rodillas, intentos de sumisión y takedowns. Todo valía por vencer. Si esa rodilla no se hubiese colado en la fiesta podía haberse dado el mejor duelo del año. Quieren reeditarlo. Se cruzan dos pegadores que intentarán intercambiar desde el principio. El que de el golpe más certero ganará. No puede haber errores, el primero que lo tenga lo pagará. Álvarez se juega un contrato lucrativo, los dos quedarse a las puertas del título. Calgary decidirá.