Iván Pérez: “Gano más de socorrista que de entrenador”
El ex boya de la Selección de oro de waterpolo habla de su situación actual, valora las carencias de su deporte y reflexiona sobre la posición de boya.
¿Qué hace usted ahora?
Estoy en el Club Egara de Terrassa haciendo entrenamientos personales, clases de natación y de socorrista de piscina.
¿No es entrenador?
El año pasado estuve en Sabadell, pero se terminó el contrato, hubo elecciones y no me renovaron.
¿Y no tiene oportunidades?
No tengo de momento oportunidades, espero poder reengancharme. No sé qué pasa, quizás no les intereso.
¿No se valora su trayectoria?
Siempre les digo a los clubes que el 'no' siempre lo tienen. A veces se dice que es una vergüenza ofrecer 400 euros a una persona, pero quizás 400 euros y un plato de jamón a lo mejor sí me interesa. Pero lo que me ha podido salir no me ha convencido. Gano más de socorrista que de entrenador de waterpolo.
¿Sus hijos juegan a waterpolo?
Tengo dos hijos. El chico tiene 19 años, se llama Ernesto y está en el CN Rubí. Juega de boya. La niña la ponen a defender, se llama Lucía y tiene 17 años. Mide 1,80m. Mi hijo estudia ingeniería y tiene el problema del agravio comparativo. Siempre le dicen, ‘es que tu padre’… Yo le digo que disfrute, cada uno es como es. Estaré orgulloso de todas las maneras. No soy periodista ni pianista, pero de waterpolo entiendo. A mi hija la puedo hacer jugar, pero a una niña que mide mucho menos, no. Si ves una bestia, trabájala. Pero, ¿con quién? ¿Con un joven que cobra 200 euros y estudia segundo de bachillerato? ¿O con un campeón olímpico o un entrenador con experiencia?
¿Cree que la Selección masculina tiene futuro?
Creo que David Martín está haciendo un muy buen trabajo con un equipo joven. Hay que darle tiempo, que es algo que siempre le falta a las directivas. El problema no viene de la Selección, sino de abajo. Se necesita más calidad en las categorías inferiores. Hay que trabajar más con los niños.
¿Cómo lo haría usted?
Con inversión. En la Selección no te pueden enseñar a sumar y a restar, eso viene de abajo.
¿España está a años luz de Serbia y Croacia, por ejemplo?
Estamos lejos, sí, pero aún así hay talento. Muchos jugadores me sacan una cabeza. Pero la Liga española ya no es la de nuestra época. Antes teníamos a serbios, croatas… Ahora hay brasileños, con todos mis respetos. Luego un día el entrenador del Mataró me dice que había renunciado a la Copa de Europa por dinero… ¿Cómo le quieren plantar cara al Barceloneta?
El otro día Matutinovic nos decía que con usted hubiera sido oro en Barcelona ’92. ¿Se sintió un jugador tan importante?
La palabra equipo lo dice todo. Sin Jesús, que se tragaba la llave de la portería, sin Iván Moro, que defendía como pocos, sin Ballart, que salía al contraataque… Tengo calidad, lo dice la gente, será verdad, pero se juntó un talento que se supo conjuntar. Messi es el mejor, pero sin el resto, nada. Toni Esteller siempre dice: ‘en un equipo está el que toca el piano y el que carga con el piano’. Si el que lo carga lo quiere tocar, malo; pero de vez en cuando si le podemos dejar tocar una nota.
Y tenían boyas con empaque. ¿Cómo ve al joven Roger Tahull?
Nos juntamos cinco boyas de mucho nivel en una década. Nos fuimos todos de golpe, ahora solo tienen a Tahull, de 22 años. Tiene calidad, puede tener un gran nivel, pero es muy joven. El boya se curte, y él lo está haciendo genial para acabar de empezar. Pero le falta tiempo.
¿Siempre hubo un déficit de boyas en España?
Estaba Jordi Sans, llegó Chava Gómez, luego llegué yo, posteriormente Sánchez Toril y viene más tarde Xavi Vallés… Siempre hubo una sucesión. Croacia o Serbia tienen hoy en día boyas de nivel. España en su época buena también los tuvo. Ahora Tahull se lo come todo con 22 años.
Las chicas sí que van sobradas, con Maica García y Paula Leitón.
Con diferencia Maica es la mejor. Se pelea todo el rato y lo hace perfectamente. Es la pieza clave del equipo. Leitón luego cogerá el relevo. A Paula le dicen que aprenda, pero Tahull es quien se lo debe comer. Esa es la diferencia.
¿Volvió a Cuba tras su marcha?
Volví en junio, y el país está genial. Disfruté mucho. Estuve en la piscina con la selección, los fui a ver y estuvo con ellos ayudándoles y dándoles una charla.
¿El waterpolo allí se ha estancado tanto?
Sí, se estancó mucho. Los entrenadores no salen, no ven otros entrenamientos, juegan poco… Todo lo malo se junta.
¿Es usted allí una persona conocida?
En el deporte, sí; otros me conocen por el nombre pero no me han visto. Me gustaría volver en el futuro, pero tengo que comer. Allí no contratan entrenadores; bueno, sí, pero por 40 euros al mes. Tengo que pasar una pensión de 600 euros, no puedo cobrar eso. Si encuentro un trabajo allí que se pague como aquí, me encantaría regresar. No soy pesetero, es la vida.