Usyk, el extraterrestre: arrasa a Gassiev para ganar las WBSS
venció por decisión unánime a Gassiev en Moscú para unificar los cuatro títulos del crucero y convertirse en el primer ganador de las World Boxing Super Series.
Olek Usyk ya es historia. El ucraniano arrasó a Muray Gassiev en Rusia para proclamarse campeón de la primera edición de las World Boxing Super Series y levantar los cuatro títulos (WBC, WBA, IBF y WBO) del peso crucero. Es el primer boxeador en unificar esa categoría y el quinto en la historia. Más allá de los hitos, de la velada del Olimpiyskiy de Moscú quedarán las sensaciones. Usyk fue un extraterrestre. Se cruzaban los dos mejores púgiles de la categoría y el ucraniano borró a su rival. Sabía que era duro, el KO era complicado. No hubo problema. Dominó, se exhibió y pese a pelear fuera las cartulinas reflejaron su superioridad: 120-108, 119-109 y 119-109. Campeón indiscutido sin dejar dudas. Usyk es el rey del peso crucero.
Las piernas y el jab, esas fueron las dos armas que utilizó Usyk para llevarse la victoria. Desde que sonó por primera vez la campana el ucraniano dejó claro su camino. Se movía por el exterior del ring, lanzaba su mano adelantada con gran velocidad y reiteración para evitar que Gassiev se le echase encima. No quería cruces, y no los hubo. Desde fuera parecía que los jabs de Usyk no iban muy fuertes, pero siempre iban al mismo lugar: entre los ojos. Acoso y derribo. Un boxeador de noventa kilos que se mueve como un peso ligero, una delicia, un rodillo que nunca dejó de percutir. Acabó la pelea con más del doble de golpes lanzados que su rival.
Gassiev, por su parte, erró en el planteamiento. Tenía una buena guardia cuando iban varias manos, pero el jab de Usyk entraba en el rostro del ruso con tremenda facilidad. Ese fue un fallo, pero el principal llegó en la manera de buscar la victoria. Gassiev se obcecó en pensar que con una mano finalizaría a su rival. Repetía el gancho al hígado, que molestó a Usyk, y los volados, pero sólo uno entró. Fue en el cuarto asalto, el ucraniano asimiló bien y se agarró. Quedaban pocos segundos y recuperó el aire para salir en el quinto con su ritmo. No hubo más opción. La velocidad de Usyk dejaba siempre al ruso fuera de distancia... y buscando una única mano para no arriesgar no había más pelea. El resto de asaltos fueron con claridad para Usyk, que se bastó con su jab para frenar a Gassiev. Usyk sumó su tercera exhibición en las World Boxing Super Series, la de Moscú fue la más importante. Se ganó un hueco en la historia.