Las cinco claves de la exhibición de Pacquiao sobre Matthysse
Manny Pacquiao volvió a noquear tras más de ocho años. Recuperó grandes sensaciones y además anuló por completo a Matthysse. Analizamos sus puntos fuertes.
Manny Pacquiao sumó este domingo en Kuala Lumpur (Malasia) su victoria número 60 como profesional. El senador filipino llevaba un año sin boxear y más de ocho años sin noquear (desde el 14 de noviembre de 2014). Regresó y envió a su rival a la lona. Matthysse estuvo desbordado, no fue capaz de frenarle y cedió el WBA regular del peso welter. El filipino fue un rodillo. ¿Por qué? Analizamos las claves de su superioridad.
1- PacMan estudio a conciencia el combate y a Matthysse
Antes de llegar al Axita Arena de Kuala Lumpur, Pacquiao había realizado un gran trabajo junto con su equipo. Cuando sonó la campana sabía perfectamente como anular a Matthysse y también la manera de hacerle daño. Estaba fuera de distancia y cuando entraba siempre pegada con su recto de izquierda y se iba. Evitó así los potentes y peligrosos crochet de derecha del argentino. No encontró ninguno. Además, había estudiado el golpe que más podía dañar al campeón, el upper con la mano de atrás. Así le envió a la lona la primera vez y le noqueó. Plan perfecto.
2- Pacquiao supo tener paciencia y precipitarse
Llama la atención que tras las dos primeras caídas de Matthysse, Pacquiao nunca se fue con todo a buscar el KO. Era consciente que debía seguir fuera de la distancia y continuar entrando desde lejos. Evitar las contras que pudiesen cambiar todo era vital. Lo hizo. Supo poner un punto de calma, seguir boxeando y soltar sus golpes de poder cuando iban a ser más dañinos. Sin precipitación, con experiencia y picaresca. Así ahogó a Matthysse.
3- Ahorro de energía del filipino para no acabar desfondado
La iniciativa siempre fue para Pacquiao. Tenía el centro del ring, presionaba a Matthysse para cerrar huecos y lanzaba constantemente el jab. Iba por la pelea, pero ese plan tenía un riesgo: acabar desfondado antes de tiempo. PacMan demostró que la preparación no fue buena, pero el desfallecimiento llega cuando menos se lo espera. Por ello, fue variando el ritmo. Llegaba uno medio y cuando veía la ocasión apretaba y se marchaba. También cambiaba los planos de los golpes. Así sorprendía al argentino y le hacía recular. Así ahorraba, igual que cuando tras tener al argentino dañado prefería no precipitarse. Era un doble motivo: evitar las contras y no acabar desfondado.
4- Matthysse estuvo muy desacertado en defensa
La guardia de Matthysse hizo aguas. Está claro. Pacquiao siempre lograba meter su upper entre los brazos del campeón para dañarle. Ese fue su principal error, pero además estuvo lento a la hora de quitarse golpes y de cabecear. Con su mayor envergadura, no era capaz de quitarse el jab de Pacquiao cuando entraba desde fuera. Un paso atrás, vallesteo o sus manos le hubiesen evitado castigo, pero no era capaz. Era mucho más lento que Pacquiao y lo pagó.
5- La motivación de Pacquiao
Pacquiao dejó abierto su futuro tras la pelea. "Ahora ya se verá", espetó. El filipino se ha convertido en su propio promotor y eso le da gran tranquilidad. Fuera de lo que hará en el futuro está sus sensaciones antes de la pelea. Esta situada como última clave, pero es la principal. Pacquiao volvió a pelear porque quería. Obviamente está el dinero, pero le gusta meterse entre las dieciséis cuerdas. En todo momento estuvo sonriente, disfrutando de cada instante, llegó incluso a 'tocar la guitarra' instantes antes de la pelea. Estaba tranquilo. La felicidad en su rostro le acompañó en la preparación, en los días previos, en el pabellón y tras la pelea. Pacquiao es feliz boxeando. Disfruta y la actitud es clave. Pesó más que todos los factores que tenía en su contra.
