Teddy Bridgewater y el puesto de titular en los New York Jets
Las primeras sesiones de entrenamiento de la temporada han dejado en la franquicia la sensación de que tienen de vuelta a un gran QB.
Antes de que sigas leyendo, por favor, ten en cuenta la siguiente advertencia: nada de los que sucede en las primeras semanas de actividades voluntarias organizadas por los equipos de la NFL (popularmente conocidas como OTAs por sus siglas en inglés) tiene relevancia. Es una colección de entrenamientos de baja intensidad y muchísimo menos contacto, prohibido de facto en el último convenio colectivo, y de informaciones aleatorias sobre que tal o cual jugador ha aparecido en el mejor estado físico de su vida, que tal o cual jugador desconocido la está partiendo, que tal o cual rookie es sensacional y que tal o cual estrella no se ha presentado.
Sigamos.
Los New York Jets están felices por lo que están viendo de Teddy Bridgewater y, con ellos, el resto de la NFL. Porque la liga estaría muy satisfecha de poder vender una historia tan fabulosa como la de la recuperación del quarterback para la competición del máximo nivel.
No es un caso más. Que Bridgewater parezca que ha estado a buen nivel en las OTAs significa que, al menos, se mueve con fluidez. Ya es bastante, porque hay que recordar que lo que está en juego con Teddy es su capacidad para moverse en un campo de football profesional y no sus intengabiles, su cerebro, su lectura del campo, su brazo.
Teddy Bridgewater ha llegado a los Jets como un movimiento de cero riesgo y enorme potencial. Hace dos años, en el campo de entrenamiento de los Minnesota Vikings, la rodilla del QB reventó. Sin contacto, en un dropback, ligamentos y menisco se hicieron añicos. Los que presenciaron aquella escena aún dicen que es una de las cosas más impresionantes que han vivido.
En Nueva York le han dado un contrato de seis millones de dólares con tan sólo uno garantizado lo que, sin duda, les deja las puertas abiertas. Al haber renovado a Josh McCwon y al haber elegido en el draft, con el número tres, a Sam Darnold, el puesto de Bridgewater podría considerarse como superfluo y, quizás, hasta como moneda de cambio cuando llegue agosto y en los equipos aumenten las necesidades en el puesto al llegar las primeras lesiones.
Sin embargo, si Teddy puede, físicamente, estar en el campo es muy difícil no imaginarle como candidato a ser titular en los primeros partidos. Porque lo que vimos de él en su último año en Minnesota es de un nivel superior al de McCown y parece una idea establecida en la plantilla que Darnold no tendría porque empezar como titular de inicio en la temporada.
Todd Bowles, el entrenador de los Jets, ha asegurado que quiere mantener la competición abierta todo el tiempo posible, porque eso obliga a sus jugadores a estar en el filo de la navaja, y nada le agradaría más que poder contar con un Teddy Bridgewater con capacidad de ser titular en la NFL. Si es así, el pequeño riesgo que han corrido con su fichaje quedaría cubierto más que de sobra.
Y es por eso que, a pesar de lo que digo en el primer párrafo, en esta caso sí que tiene cierta relevancia que lo que sepamos tras las OTAs es que un jugador está jugando muy bien. Porque, aunque eso no sea del todo cierto, aunque no tenga importancia real, sí que nos indica que no está cojo, no está impedido. Y ya es bastante para Bridgewater.