Golovkin recuperó la pegada: KO a Martirosyan en 293 segundos
El púgil kazajó consiguió derrotar a Martirosyan en menos de dos asaltos. Suma su 20º defensa consecutiva, igualando el récord del peso medio de Bernard Hopkins.
Las sorpresas no estaban dentro del guión de Gennady Golovkin. El kazajo llegaba presionado a Carson (California). Tras el positivo de Canelo, su renuncia a pelear el 5 de mayo y su posterior sanción, GGG eligió al rival que quiso para pelear. Le llovieron críticas y si quería frenarlas debía ganar rápido. Lo hizo. Cuando un pegador encadena varias peleas sin noquear comienzan las dudas, y ese factor también estaba en su zurrón. También lo despejó Golovkin, y lo hizo como mejor sabe: con un KO imponente. 293 segundos, ni cinco minutos, necesitó para noquear a Vanes Martirosyan y retener sus tres títulos mundiales (WBC, WBA e IBF). Fuera dudas y aplauso generalizado. Había hecho historia: sumaba su vigésima defensa consecutiva en el peso medio, igualando a una leyenda, Bernard Hopkins. Él también pasará a la posteridad.
El combate tuvo dos velocidades, las que marcó Golovkin. El primer asalto se lo tomó de tanteo. Martirosyan no se arrugó y salió a mandar con su jab. El kazajo parecía incómodo, pero era su plan. En el segundo asalto descubrió los puntos débiles de su rival y le atacó. Fintó y sacó un brutal upper que dejó al armenio tocado. Martirosyan reculó y cavó su tumba. Se pegó contra las cuerdas y le llovieron seis crochets, a cada cual más certero. Cayó boca abajo y aunque el árbitro le dio chanza para levantarse... no había manera. El pistolero había recuperado su fusil. Incontestable.
Lo celebró como pocas veces, no ha sido una preparación sencilla y se notó cuando lo festejó con los suyos. También por el récord. Igualar a Hopkins era algo que perseguía y lo logró. El nulo contra Canelo no importa ahora tanto, uno de sus objetivos estaba cumplido. Lleva como campeón desde el 14 de agosto de 2010. Brillante. Miró al pasado Golovkin y también al futuro. La revancha con Canelo parece inevitable, y no se mordió la lengua. "Si está listo yo también lo estaré", espetó. Aunque sus caminos son muy amplios y GGG no quiso cerrar ninguno: "Quiero enfrentarme a todo el mundo", concluyó. El pistolero kazajo ya está esperando para desenfundar de nuevo.