Ana Lozano, la bióloga que se convirtió en estrella del fondo
La alcarreña, nacida en 1991, fue la revelación de la temporada 2017 en España. En invierno estuvo lesionada y reapareció el en los 10k de la Maratón de Madrid con victoria.
Ana Lozano (Guadalajara, 1991) fue la fondista revelación de 2017. Esta licenciada en Biología Evolutiva brilló en 3.000 y 5.000, ganó la Copa de Europa y fue mundialista. Lesionada en invierno, regresó el domingo con triunfo en los 10K de la Maratón de Madrid. “Hubo un ambientazo, como siempre en las pruebas de Madrid y me hacía muchísima falta volver a competir. Llevaba desde diciembre sin hacerlo. Esta carrera venía perfecta en el calendario y encima me apetecía ganar y lo conseguí”, decía la alcarreña que marcó 35:33.
La próxima cita de Lozano será la Copa de Europa de 10.000 en pista, que se celebra en Londres (19 de mayo). Ana llegó a Madrid directa desde Granada, porque se está preparando en las últimas semanas en la altitud de Sierra Nevada. “Me está encantando la experiencia, no sólo por el entrenamiento, sino también por el lugar, por la calma que hay. Cada día corro libre y feliz. Miro las montañas, escucho a los pájaros, charlo de mil cosas y entreno con la convicción de ir por el buen camino”, contaba la atleta, que tras el 10k de la capital regresó a la estación granadina junto a otras atletas españolas que están subiendo mucho su nivel como Nuria Lugueros, Marta Pérez, María José Pérez, Irene Sánchez-Escribano…
La irrupción de Lozano en la élite en 2017 se produjo una vez decidió centrarse plenamente en el atletismo (“Me daba un año”) cuando acabó sus estudios, que pasaron por Alemania y Francia. Allí se entrenaba y tenía nivel, pero no terminaba de explotar: “Estuve en Holanda, en Alemania y en Francia y allí me tenía que buscar la vida. Me metía en Google Maps y buscaba los parques, caminos y las pistas de atletismo. Había grupos, pero me entrenaba medio sola. En Alemania, fui por Bavaria en tren de reunión en reunión buscando carreras”.
En esos tiempos corría 1.500, pero a las órdenes de su entrenador Javier Cañadillas terminó decantándose por distancias más largas y se descubrió a una atleta valiente que daba la cara en las carreras. “No soy tan explosiva, ni tan rápida y vimos una ventana de posiblidades en las distancias más largas y notamos que aeróbicamente iba muy bien… Funcionó”. Y tanto. Fue sexta de Europa bajo techo en 3.000, venció en la Copa de Europa de Naciones y compitió con valentía en las eliminatorias de 5.000 de los Mundiales al aire libre de Londres. “Nunca pensé que sería internacional”.
Sin embargo, se ha convertido en una de las mejores atletas nacional, ha firmado un contrato con Adidas y estuvo entre las tres nominadas a atleta del año 2017 por la Federación Española junto a Ana Peleteiro y Ruth Beitia, premio final que se llevó la saltadora santanderina. En 2018 quiere volver a ser una de las caras del nuevo atletismo español y dar guerra con los Europeos de Berlín (en agosto) a la vista, pero antes tiene una cita el 19 de mayo: “Estoy recuperada, metiendo volumen, entrenando en altitud, encontrándome cada día mejor y con ganas de volver a sentir la adrenalina de la competición”.