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El exseleccionador rumano también impugna a Iordachescu

Howells, que dimitió tras la derrota ante España, en el Daily Mail: "nunca debió arbitrar el partido". Woodward persiste en su apoyo.
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El exseleccionador rumano también impugna a Iordachescu
Twitter: @Fran_Capizzi

La riada de apoyos al rugby español tras la polémica derrota sufrida en Bélgica el pasado domingo continúa. Y esta vez el espaldarazo ha venido del bando más insospechado. Lynn Howells, seleccionador rumano hasta hace bien poco, también ha impugnado la designación del trío arbitral rumano para dirigir un partido en el que, si España perdía, Rumanía sellaba su billete directo al Mundial. 

Lo que hicieron Iordachescu y sus compañeros ya es conocido y Howells opina que "nunca debieron arbitrar ese partido" en declaraciones al Daily Mail británico. "Espero por el bien del rugby que no se descubran negocios turbios en torno a esto", continúa antes de criticar también la actitud de algunos jugadores españoles al término del encuentro: "sin importar el arbitraje, no se justifica que en rugby un equipo ataque al árbitro". El galés dimitió tras la derrota ante España por desavenencias con la dirección de la federación rumana, volvió poco después y dimitió por segunda vez, seguido de todo su equipo en bloque, tras confirmarse la clasificación mundialista. 

Woodward persiste

También en el Mail, Clive Woodward, el seleccionador de la Inglaterra campeona del mundo en 2003 (hasta ahora la única selección del hemisferio norte en conseguirlo), ha persistido en su apoyo a los Leones. En una de sus columnas de opinión, Woodward afirma que lo sucedido en el Bélgica-España "pone en riesgo la integridad del rugby" y contesta a Alin Petrache, el presidente de la federación rumana que esta semana le tildó en Twitter de "pensionista al servicio de la Federación española"

Woodward responde que no conoce "a nadie en la FER" y justifica su apoyo en el "tremendo conflicto de intereses generado por la designación arbitral". "La petición de cambio de España debería haber sido revisada, así como la petición de que hubiera TMO (videoarbitraje). El rugby no debe dar por sentada su inmunidad frente a asuntos que afectan a otros deportes. Todo esfuerzo por garantizar que el encuentro estuviera fuera de sospecha y de intereses encontrados debería haberse llevado a cabo".