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Steelers 42 – Jaguars 45

Los Jaguars ganan a Steelers en el partido de todos los tiempos


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PITTSBURGH, PA - JANUARY 14: Leonard Fournette #27 of the Jacksonville Jaguars dives into the end zone for a touchdown against the Pittsburgh Steelers during the first half of the AFC Divisional Playoff game at Heinz Field on January 14, 2018 in Pittsburgh, Pennsylvania.   Rob Carr/Getty Images/AFP
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Rob CarrAFP

Los Jaguars y los Steelers nos han hecho un regalo inolvidable. Un partido que pasará a la historia del football americano como uno de los choques más increíbles, más emocionantes y más espectaculares de la historia de la NFL, del football americano, del deporte mundial. Una batalla plagada de alternativas, en el que todo parecía posible en cada jugada, en el que no había lógica ni limitaciones de ningún tipo. Un sueño sin imposibles durante el que vivimos tres de las horas más apasionantes de nuestras vidas.

Nadie podía imaginar que la historia empezaría con un 21-0 a favor de los Jaguars recién comenzado el segundo cuarto. Ni más ni menos. Sorpresón en el arranque de un duelo divisional en el que se veían las caras el poderoso ataque de los Steelers con la infranqueable defensa de los Jaguars. Esa diferencia fue la que marcó un partido convertido en agonía, con unos, los Jaguars, intentando proteger la diferencia con uñas y dientes y otros, los Steelers, haciendo la goma y tirando de genialidad para sobrevivir.

¿Dónde están los Steelers?

No es complicado explicar los motivos de ese inicio fulgurante de Jacksonville. Blake Bortles, al que señalaban todos los focos como el gran talón de Aquiles de este equipo tuvo un inicio magnífico, facilitado por la inoperancia de la secundaria de los Steelers, que daba muchos metros de ventaja a los receptores rivales. Además, la línea ofensiva visitante protegía con autoridad a su quarterback y abría auténticas autopistas a un Fournette que por momentos recordaba al corredor imparable del arranque de la temporada.

Y así, llegó un touchdown de Fournette en cuarto down y tras hacer vuelo sin motor, después de una primera serie impecable de su equipo. Más tarde fue una intercepción en muy mal sitio a Big Ben, que Fournette también culminaba en la end zone. Por fin, mientras los Señores del Acero seguían groguis y hasta se jugaban un cuarto down absurdo cuando estaban a distancia de field goal, otra buena serie ofensiva terminaba con touchdown de Yeldon. Quedaban tres cuartos y los Steelers aún no habían saltado a un Heinz Field que contemplaba en silencio el emparrillado sin entender lo que estaba sucediendo.

Despierta Pittsburgh y se lesiona Fournettte

Sin embargo, Pittsburgh no solo tiene genialidad. Su auténtico secreto es el corazón. Y mediado el segundo cuarto Big Ben y compañía decidieron bajar a la tierra para que Antonio Brown le hiciera un lio a AJ Bouye y anotara el touchdown que reducía diferencias 7-21. Dos jugadas después, Fournette se resentía de su lesión de tobillo y tenía que dejar el partido momentáneamente. Eso igualó bastante las cosas. El ataque de los Jaguars perdió casi toda su frescura y Bortles comenzó a meterse en los inexplicables líos a los que nos tiene acostumbrados.

Los Steelers se la prometían muy felices en su sueño de remontada. Disponían de cuatro minutos antes del descanso para anotar otro touchdown y la posesión tras la reanudación. Empatar el partido a 21 estaba en sus manos. Lo que no preveían era que Roethlisberger sufriría un sack de Ngakoue tras aguantar demasiado el balón que acababa con un fumble que sería recuperado por Telvin Smith y retornado para un touchdown de 50 yardas. Los Jaguars volvían a estar 21 puntos por delante (7-28). Quedaban dos minutos para el descanso y las campanas de Pittsburgh volvían a repicar a muerto, pero Big Ben ya había abierto el frasco de las esencias y en cuarto down y largo, cuando no quedaba ya tiempo, se sacó de la manga un pase de 36 yardas a Martavis Bryant para touchdown que resucitaba a los suyos antes del descanso (14-28).

La defensa de Jacksonville, grogui

Ahora era la defensa de los Jaguars la que estaba grogui. Y así siguió tras la reanudación cuando Roethlisberger hizo un lío a su secundaria durante una serie perfecta que terminó con touchdown de pase a LeVeon Bell. Los Steelers se quedaban a siete puntos de diferencia (21-28) y, lo más importante, el momentum del partido había cambiado completamente y eran los Señores del Acero los que llevaban la iniciativa tanto en ataque como en defensa. La falta de experiencia en playoff estaba haciendo que los Jaguars desperdiciaran la mayor diferencia histórica que los locales habían tenido en contra en su casa en postemporada.

El partido había estado completamente loco hasta ese momento, pero después de tantas emociones pareció llegar un alto el fuego para ambos conjuntos. Varias series desperdiciadas nos llevaron al cuarto final con Jacksonville siete puntos arriba, una diferencia que pese a su defensa parecía insuficiente visto lo visto. Pero entonces volvió la batalla en toda su crudeza. Los Steelers bloquearon el despeje de punt de sus rivales y recuperaron el balón a medio campo. Parecía inevitable que anotaran, pero la defensa visitante resucitó para frenar su ataque en cuarto down y pulgadas gracias a una impresionante cobertura de Bouye. El partido era ya una ruleta rusa en la que a ninguno le importaba morir.

Un toma y daca final de locura

Al que menos le importaba morir era a Bortles, que empezó a lanzar pases profundos para ver si sonaba la flauta, y vaya si sonó, un lanzamiento inexplicable de 45 yardas terminó en manos de Cole para que inmediatamente Fournette anotara su tercer touchdown de la tarde y los Jaguars recuperaran los dos touchdowns de ventaja (21-35). Quedaban poco más de 10 minutos y los Steelers comenzaban a estar entre la espada y la pared. Su ataque se atascaba y vivían en el alambre del cuatro down. Y ahí, como siempre en las grandes ocasiones surgió Antonio Brown para quemar por enésima vez a Bouye y anotar un touchdown de 43 yardas que a punto estuvo de sacar la tierra de órbita.

Lo de sacar la tierra de órbita se lo dejó a Blake Bortles que culminó el que es sin duda el mejor partido de su carrera (214 yardas y 1 touchdown más 35 de carrera en cinco intentos) con una serie increíble de casi cinco minutos que terminó con un pase monumental a Bohanon para touchdown de 14 yardas. Los Steelers todavía tuvieron garra suficiente para reducir diferencias gracias a un touchdown de LeVeon Bell 35-42, pero Tomlin, que no tuvo su tarde en la banda con multitud de decisiones erráticas. Ordenó un onside kick innecesario que mató a su equipo después de que Lambo anotara un field goal que decidió el partido. Y eso a pesar de que en el último segundo los locales vendieran cara su vida y anotaran un touchdown con un pase inútil de Big Ben (469 yardas y 5 touchdowns al final del partido) a Smith-Schuster. Punto y final para uno de los espectáculos más increíbles de la historia del deporte. De la historia de la humanidad. De la historia del universo desde el Big Bang y hasta nuestros días. 42-45 para una batalla épica que veremos una y otra vez sin cansarnos desde hoy y hasta el final de nuestros días.

Y así podremos decir: “yo vi el Steelers-Jaguars de todos los tiempos”.