Pepe Durán: "Lo primero era comprar el As tras cada combate"
ASÍ LO VIVIERON... José Durán Pérez (Madrid, 1945) fue el quinto campeón del mundo de boxeo que tuvo España: lo consiguió en el peso superwelter en 1976. Estilista, con estilo defensivo y contragolpeador, levantó también cuatro veces el Campeonato de Europa.
¿Qué recuerdo tiene de la portada de As tras proclamarse campeón mundial?
La recuerdo perfectamente, de hecho la tengo en casa. Esa y todos los recortes en los que salía en As, tengo un álbum bastante grueso con ellos. La verdad que para mí fue una gran satisfacción poder ser portada de As, lo fui varias veces, y era algo muy complicado. Los boxeadores no solían serlo.
Durante sus años de profesional, ¿qué importancia tenía As para el boxeo?
As era algo muy bueno para el boxeo y para mí, era uno de los elegidos para salir en esas páginas. Cuando pasé a profesional comencé a despuntar rápido y pronto mi nombre comenzó a salir. Lo primero que hacía al día siguiente de una pelea era ir a comprar el periódico para leer la crónica de mi combate. Era muy importante, gracias a que apostaba por el boxeo la gente nos reconocía por la calle, nos pedía autógrafos... Mi fama y la del resto de boxeadores era, en parte, gracias a As. Además, en el plano personal me premió en varias ocasiones. Era un orgullo recibir esos galardones.
¿Qué relación tuvo con As y sus redactores durante sus años de profesional?
Tenía una muy buena relación con Vicente Carreño, que todavía guardo. Cuando hice los Campeonatos de Europa fue muchas veces a verme entrenar a Torrelodones, que era donde tenía el campamento. Él, y el resto de cronistas estaban mucho en la previa, nos entrevistaban... Aunque en mi caso tenía en ocasiones menos repercusión que el resto. Yo era un deportista nato, sólo podía vender mis peleas, de otros había motivos extradeportivos que les hacían ganar repercusión. Yo no, era lo que vendía en aquel entonces.
Al pensar en el día en que se proclamó campeón del mundo, ¿qué recuerda? ¿Está As presente?
Tenía el combate muy estudiado, gracias a que pude ver un combate de Wajima antes y a que Aldo Olivares, un boxeador uruguayo, que había peleado contra él y estaba de paso en España, me dio muchas claves. Estaba muy confiado, sabía que me tenía que mover y contragolpear, con la derecha recta le rompí la nariz en el segundo asalto. Nadie daba un duro por mí. Todo el mundo pensaba que estaba acabado al perder el año anterior por el Mundial y mi Europeo. En la previa, sale publicado en As, me preguntaron: “¿No se ha equivocado al escoger esta pelea?”. Pero los que se equivocaron fueron ellos por elegirme a mí.
Centrándonos más en usted, ¿cómo era el estudio de los rivales antes, sin las ayudas de las nuevas tecnologías?
Era todo muy diferente. Ahora pueden ver a un boxeador y estudiarlo antes de la pelea, en mi época en muchas ocasiones llegábamos ante un rival extranjero sabiendo sólo su récord y sus combates. Lo que yo hacía era fijarme en su cara. Si le veía muchos cortes en la zona de las cejas o la nariz torcida era que era malo. Por ahí tenía que atacar. A Wajima, por ejemplo, en el pesaje le vi muchas cicatrices en su cara. Sabía que debía aguantarle y atacarle a la contra.
Actualmente, ¿sigue el boxeo español?
No. Los boxeadores actuales reciben muchos golpes y no me gusta. Hace unos años, viendo una velada, me enfadé tanto por lo que estaba viendo que me puse mal y decidí no volver a seguir el boxeo. Sufro mucho viéndolo, se cree que si para dar cuatro golpes hay que recibir cinco se hace, y no es así. Hay que dar diez golpes y no recibir ninguno. El boxeo se trata de pegar y que no te peguen. Sufro viéndolo, por eso no lo sigo. Los boxeadores de ahora deben pensar que después del boxeo tienen una vida más larga.
