Lydia Valentín sale a por el oro que falta en su palmarés
La berciana es campeona olímpica y europea, pero en los Mundiales sólo ha ganado un bronce. Con 32 años llega a Anaheim con la mejor marca del año.
Echando mano de la clasificación de los Juegos Olímpicos de Río, en la categoría femenina de menos de 75 kilos, de las cuatro primeras clasificadas sólo Lydia Valentín participa este domingo (02:55 de la madrugada de domingo a lunes) en el Mundial de Anaheim (California, Estados Unidos). Un camino más despejado para la berciana, quien a sus 32 años, rehúsa utilizar el adjetivo “fácil”. Ella habla de justicia. “Lo que ocurre en este Mundial es lo que tendría que haber sido siempre. Los dopados nos han robado muchas posiciones en múltiples competiciones. A mí me han robado mucho, esa es la realidad. Si los países que no están por sanción hubiesen competido en igualdad de condiciones no les habrían castigado. Cuando no respetas las normas del deporte deja de ser deporte”, afirma con contundencia.
Lydia no se muerde la lengua al hablar de dopaje. La Federación Internacional de Halterofilia (IWF) ha sancionado a nueve países (Rusia, Kazajistán, Armenia, Bielorrusia, Azerbayán, Ucrania, Moldavia, Turquía y China) por la reiteración de positivos entre los Juegos de Pekín y Londres, dos citas en las que la española logró dos medallas, las cuales sigue esperando: la plata de 2008 la tendrá en enero; para el oro de 2012 deberá esperar. A esas nueve ausencias se une la de Corea del Norte, país de la campeona olímpica de Río en su categoría (Rim Jong Sim), que decidió boicotear los campeonatos por su tensa relación con la administración Trump, y tras la retirada por parte de la IWF del Mundial júnior que iba a realizar en su territorio en 2018. Así, con esas bajas, Lydia Valentín llega a Anaheim con la mejor marca del año (252 kilos), que le sitúa como la principal favorita a llevarse la victoria.
Pese a ese lugar privilegiado que ocupa en las apuestas, la halterófila española se planta en la competición sin presión. “Me voy a centrar en mí, que es lo único que puedo controlar de todo lo que ocurra. Me dejaré todo en la tarima para hacer mi trabajo perfecto. Si lo hago bien, seguro que las marcas son buenas. Las medallas son consecuencias del buen hacer”, asegura. El Mundial no tendrá efectos para la clasificación de Tokio 2020, lo que otorga mayor tranquilidad a la berciana, aunque es una competición especial. No por ser favorita, sino porque se trata del único campeonato en el que no ha conseguido colgarse un oro. De hecho, en todas sus participaciones sólo ha ganado un bronce (Polonia 2013). Por tanto, es la manera de cerrar el círculo en su amplio palmarés. “Llego muy motivada para lograr la única victoria que me queda. Tengo muchas cosas a mi favor, pero no quiero centrarme en eso. Sobre todo quiero disfrutar”, concluye Lydia. El único oro que no ha probado le espera en California.