La indisciplina mata a España ante Canadá
Primera media hora espectacular de los Leones. En la segunda parte, los continuos golpes de castigo y visitas infructuosas a la 22 contraria provocaron el 27-37 final.
España se ha hecho mayor. Este sábado, en el Central, hizo un partido serio ante Canadá (27-37). Sólo la indisciplina apartó a los de Santos de una victoria que encauzaron en la primera media hora y dejaron escapar entre los últimos estertores de la primera parte y el amanecer de la segunda.
En esa primera media hora, los Leones rugieron. Movían el oval con fluidez de lado a lado del campo apoyados en abiertas rápidas y en la dinámica bisagra que forman Guillaume Rouet y Mathieu Belie. En defensa, se placaba a la altura de los tobillos y los canadienses no conseguían sacar provecho a sus escasas visitas a nuestra veintidós. Sólo Staller, golpe de castigo mediante, conseguía anotar para los cannucks en el minuto 8. A partir de ahí se desató España, que con una patada a palos de Brad Linklater y dos ensayos de Contardi y Guillaume, muy bien trabajados desde los apoyos y la transmisión de balón, se iba en el marcador: 17-3. Mención especial a Bellie en el segundo. Pudiendo patear, fue valiente y envió el oval a touch. El premio fue ver a Contardi posando.
Pero inexplicablemente, cuando más imparable era la Selección, alguien bajó los plomos en el Central. Entre los últimos 10 minutos de la primera mitad y los 10 primeros de la segunda, España desapareció. En el 32', una gran jugada entre Van der Merwe y Paris, los mejores de Canadá hoy, acabó en un ensayo que fue anulado porque quien posó finalmente fue un jugador español; tras melé a 5', los norteamericanos acabaron entrando. Y en el 39' Lucas Guillaume decidió dispararse en el pie transmitiendo un balón en el único sitio en el que casi siempre hay que guardarlo: la veintidós propia. A su favor esa intención de salir jugando, que habla muy bien del rugby que propone España.
Así las cosas llegó el descanso con 17-17 en el marcador y al salir de vestuarios, en uno de los primeros lances, Guillaume Rouet se tuvo que ir al Sin-bin. Eso terminó de descolocar a España y abonó el terreno para las constantes percusiones de Paris y Van der Merwe, que ensayaron en el 35' y el 39' y con las transformaciones de Broc Staller, impecable en el pateo con 7 de 7, dejaron el marcador en 17-31. Entonces Santos comenzó a ventilar el equipo. García y Anaya sustituyeron a Moreno y Pinto en la primera línea y Thibaut Álvarez entró de 12 sustituyendo al neozelandés Dan Snee. Los Leones despertaron, se reengancharon al partido y empezaron a visitar la 22 contraria.
Entonces apareció el otro hándicap de España hoy: la indisciplina. Hasta en cuatro ocasiones salimos de allí sin puntos. Unas por golpes de castigo y otras por pérdidas en las abiertas. Eso mató a los de Santos, que volverían a ensayar por medio de sendas plataformas coronadas por Auzqui y Anaya (España estuvo fina ahí, y es una gran noticia de cara a Rumanía). Falló ambas conversiones Brad y con otros dos aciertos de Staller el marcador quedó en 27-37. Flotando en el aire, la sensación de que Canadá no ganó el partido, lo perdió España.