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UFC 217

Garbrandt, ante su enemigo T.J. Dillashaw en su primera defensa

Garbrandt pone en liza por primera vez su título del peso gallo. Lo hace su exompañero de equipo, T.J. Dillashaw. Ahora se odian y quieren resolverlo en el octágono.
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Garbrandt pelea ante T.J. Dillashaw en el UFC 217.
UFC

No hay peor enemigo que el que antes fue tu amigo. Conoce tus virtudes, pero también tus debilidades y sabe por dónde atacarte. Esa máxima se cumple más todavía en los deportes de contacto, en los que un compañero de entrenamiento resabiado puede complicar todo. Ante eso van luchar Cody Garbrandt y T.J. Dillashaw y el campeonato de la UFC del paso gallo será el testigo. Los dos fueron durante muchos años compañeros y amigos, pero la marcha de Dillashaw del equipo fue entendido por el campeón como una traición. De amigos pasaron a enemigos, y ahí están enrocados.

Con esa premisa se entiende que sus careos previos hayan estado marcados por una gran tensión. Pero en juego sobre el octágono hay más cosas que esa rivalidad y el título. Cody Garbrandt debe confirmarse, ya que por edad y estilo tiene visos de ser la futura estrella de la compañía. Con sólo 26 años ya es campeón mundial, ganó ese título el 30 diciembre de 2016, y es invicto en 11 combates. De ellos, nueve los ha ganado por KO y sólo dos por decisión. Es decir, abandera el nuevo estilos de las MMA a la perfección, en él, la pegada gana protagonismo. Gana y gusta, por ello, la empresa quiere cuidarle. Puede ser el McGregor del futuro, es una apuesta.

Enfrente tendrá el peligro de un hombre que le conoce a la perfección, pero hay que destacar que Garbrandt tiene mucho crecimiento todavía y que lo ha llevado a cabo desde que no están juntos. Con 31 años, T.J. Dillashaw llega más presionado. El campeón debe confirmarse, pero el aspirante sabe que puede ser su última gran oportunidad. Perdió hace tres combates y la oportunidad quizá le llegue pronto, pero una rivalidad vende y ha pesado. La mayor de sus virtudes también es la pegada, pero ha demostrado que se defiende en el suelo y en combates largos. Lo mismo que Garbrandt, que ganó el título en las cartulinas. Puede ocurrir, pero el odio y la potencia de ambos no lo hacen presagiar. Los dos esperarán el fallo en una guerra sin cuartel. Más que un título en juego, el honor por una 'traición'. Garbrandt y Dillashan tienen una cita en The Garden, el templo dictará sentencia.