Brunson y Convington revientan la fiesta brasileña en Sao Paulo
Dereck Brunson noqueó en el primer asalto a Lyoto Machida, mientras que Convington derrotó a los puntos a Demian Maia. Ambos miran al título de su división.
Sao Paulo se había preparado para vivir una gran fiesta en una nueva visita de la UFC. La compañía había situado a dos de los brasileños más queridos ante dos bretes en su país. Lyoto Machida regresaba tras una sanción y lo hacía con la necesidad de ganar para demostrar que aun está en condiciones de pelear en grandes carteles. Mientras, Demian Maia volvía al octágono tras caer por el título del peso wélter. Los dos debían ganar y ninguno lo consiguió. Dereck Brunson y Colby Covington reventaron la fiesta, tumbaron a la leyendas y miran al título de sus divisiones. Mientras, los brasileños se fueron tristes a sus casas, no hubo fiesta.
La sensación de pesadumbre fue a más con el combate estelar de la noche. Sólo duró un asalto y la leyenda Machida besó la lona dejando claro que su final está muy cerca. Se estaba produciendo un intercambio de estudio, largo y sin fisuras por parte de ninguno de los dos peleadores, pero Machida intentó esquivar y ahí fue cazado por una izquierda volada de Brunson. La repitió y con el brasileño en el suelo se fue por él sin dudarlo. Estaba KO y el árbitro detuvo el combate. Un error de la leyenda le costó la pelea. Machida habían caído sin oposición. Las sensaciones fueron malas.
Antes, Maia también había sucumbido, pero con sensaciones diferentes. El brasieño lo hizo a los puntos en un buen combate ante Covington. Como demostró frente a Woodley cuando peleó por el título en julio sufre mucho en pie. Buscó constantemente la pelea en el suelo, pero Convington siempre supo zafarse bien. No quería entrar en el terreno del brasileño y se mantuvo firme lanzando buenos golpes y patadas. Maia respondía bien... pero no era suficiente. Además, su estrategia de buscar agarres le desfondó y acabó recibiendo un fuerte castigo que acabó de decantar las cartulinas. Segunda derrota consecutiva tras siete victorias, y con 39 años, los títulos parecen alejarse. No así para Covington, quien envió un mensaje claro: “¡Quiero el cinturón, voy a ser campeón de la división!”, apuntó el estadounidense tras ganar. Con 13 victorias y una sóla derrota, se acerca a ese objetivo. Todavía debe subir más.