Strasburg y Taylor brillan en una noche mágica para Nationals
El pitcher, que fue descartado inicialmente por un proceso gripal, hace un partido soberbio coronado por el grand slam de su compañero y forzar el quinto encuentro.
En la historia todavía reciente de los Washington Nationals habrá que ir haciendo hueco al encuentro que acabamos de vivir en el Wrigley Field de Chicago porque gracias a la contribución de dos jugadores, los capitalinos podrán volver a su estadio para culminar la remontada en poco menos de 24 horas.
Stephen Strasburg se sobrepuso a ese proceso gripal que amenazaba con no dejarle participar en el partido pese a estar con su descanso habitual para que posteriormente fuese el caso y hay que reconocer que la primera elección del draft de 2008 estuvo a la altura de las circunstancias e incluso un poco más.
El diestro se impuso en el partido más importante de su carrera deportiva, una que ha estado marcada por las lesiones en su caso particular y por las dificultades de su equipo para brillar como pueden en octubre para lograr la friolera de 12 strikeouts a lo largo de siete inmaculadas entradas en una noche desapacible en Chicago para derrotar 5-0 a los Cubbies y a Jake Arrieta en su propio estadio.
Una secuencia de acontecimientos extraña
Lo cierto es que las 24 horas que precedían al encuentro han sido extrañas cuanto menos. Primero porque el partido tendría que haberse disputado el martes, pero la lluvia persistente que había por la zona obligó a suspender el partido hasta el día siguiente, abriendo la posibilidad para que Strasburg actuara en su descanso habitual de cuatro días.
Sin embargo, pese a que el skipper Dusty Baker afirmaba que Strasburg no se sentía bien y que se mantenía en la opción de Tanner Roark, lo cierto es que Strasburg se despertó mucho mejor y es que llevaba tomando antibióticos y líquidos de forma constante desde su debut en la serie para evitar la deshidratación.
De esta manera, Strasburg hacía lo que no pocas voces le exigían y es que se subiera al montículo para el partido en el que su equipo podía ver finalizada su prometedora campaña.
Sin duda alguna fue una decisión acertada porque armado con el sobresaliente arsenal que siempre le ha caracterizado, Strasburg navegó a lo largo de siete entradas en las que los Cubs apenas le pusieron en aprietos salvo en una segunda entrada en la que con Zobrist en segunda, Addison Russell mandó una pelota a la izquierda y en contra del viento para acabar en el guante de Jayson Werth.
Por su parte, Jake Arrieta no pudo realizar la actuación que pretendía, también mermada su actuación por unos problemas musculares que le obligaron a tener que actuar en el cuarto encuentro de la serie, y se encontró constantemente por detrás, con la cuenta al máximo a la hora de completar apenas cuatro entradas en las que cedió cinco bases por bolas para conceder una única carrera anotada por Trea Turner que vino a raíz de un error en una jugada a bote pronto precisamente contra el shortstop Russell.
Un relevo fabuloso
Con Strasburg en completo control, los Cubs se encomendaban a un imperial relevo de Jon Lester, que fue capaz de mantener a raya a los bates de los Nationals a lo largo de tres entradas y un tercio hasta una octava en la que se tiró todo el trabajo por la borda.
Porque en el relevo de un Carl Edwards Jr. incómodo por los elementos, los Nats empezaron a poner corredores en base por sus tremendos problemas de control y obligó a Joe Maddon a sustituirle con cuenta de 1-0 sobre Michael Taylor por el closer Wade Davis.
El cambio no supuso ninguna diferencia a la hora de limitar los daños sino más bien todo lo contrario porque el center fielder lograba un grand slam a la derecha para darle el colchón necesario y evitar un escenario en el que Strasburg hubiese hecho acto de presencia habiendo superado los 100 envíos.
En su lugar, actuó un Ryan Madson que tampoco estuvo cómodo sobre la lomita y llegó a colocar un par de corredores en base con dos outs antes de eliminar a Rizzo por strikes.
El tándem Bryant-Rizzo acumuló seis de los catorce strikeouts del turno de Chicago.
El desenlace de esta apasionante serie que se está jugando en una baldosa por lo apretados que están siendo los marcadores o esa sensación tenemos, enfrentará a Gio González por los Nationals mientras que Kyle Hendricks hará lo mismo de inicio para los Chicago Cubs, cuyas opciones de revalidar el título pasan por superar este duelo, que seguro que será tan memorable como el resto de la serie.