Astros ganan una épica batalla en Fenway y pasan de ronda
Los texanos se sobrepusieron a una inspirada actuación de Chris Sale como relevo que no fue suficiente para forzar un quinto partido en Houston.
Si algo está caracterizando al béisbol en los últimos dos años es que el convencionalismo es cosa del pasado cuando llegan los playoffs y hemos podido presenciar cómo los tiempos en los que confiabas en que tu pitcher titular te lanzase seis o siete entradas en la mayoría de los casos no es algo que se aplique a este béisbol 2.0, 3.0 o lo que sea.
Los Houston Astros han sobrevivido a un apasionante enfrentamiento en el corazón de la Red Sox Nation, ganando 5-4 y se clasifican para las Series de Campeonato por primera vez desde 2005.
Y no fue un encuentro al uso, siguiendo los parámetros del clásico béisbol, sino uno en el que ninguno de los equipos se guardó absolutamente nada de cara a ganar un partido que como viene siendo habitual en estos playoffs, se convirtió en un clásico… otro más a sumar en la lista.
Boston, contra las cuerdas
Sé que resulta un poco monotemático, pero los Houston Astros volvieron a adelantarse en el marcador como ha ocurrido durante toda la eliminatoria y causaron problemas a un Rick Porcello, ganador del Cy Young el año pasado y cuya temporada ha sido para olvidar, incluida su última actuación.
La capacidad para colocar numerosos corredores en base gracias a su pegada, disciplina y capacidad de contacto, resultó capital en estos tres factores para desequilibrar la balanza.
La carrera inicial de George Springer, que realizó un encuentro fabuloso, volvía a colocar en una situación incómoda a los de Yawkey Way, pero resultó milagroso que Porcello escapase de la primera entrada concediendo solo esa carrera.
Poco duró la alegría en el banquillo de los texanos puesto que Xander Bogaerts, poseedor de un horrible 0 de 14 en la serie, mostraba su pegada para empatar el marcador vía home run.
Yuli Gurriel, que ha realizado una portentosa actuación en su primera eliminatoria de playoffs en las Mayores, alcanzaba la tercera base para comenzar la segunda entrada y anotaba gracias al single de George Springer, pero los problemas no cesarían para Porcello, que volvería a realizar su mejor imitación de Houdini para salir indemne de una situación con bases llenas sin permitir nada más.
Siendo Boston un equipo inferior en capacidad para sacar la pelota del campo respecto a su rival, la oportunidad que generaron en esa segunda entrada contra Charlie Morton bien pudo ser la clave del partido y motivó la expulsión de John Farrell por cuestionar de forma vehemente la zona de strike del encuentro, pero lo que nos importa es lo siguiente.
Con las bases llenas sin outs, debes ser capaz de poner la pelota en movimiento y lograr alguna anotación, aunque sea solo una… que fue lo que no ocurrió ante un Morton que se dobló, pero no se rompió.
Igualmente esa sobreagresividad que Boston ha mostrado en ocasiones corriendo por las bases fue contraproducente cuando Mitch Moreland fue eliminado en el home para acabar la tercera.
Una batalla de poder a poder
Con su temporada en peligro de acabar ya mismo, el banquillo de Boston decidió que era sacar a Chris Sale para hacer exactamente lo mismo que lograba David Price apenas 24 horas antes, sin guardarse absolutamente nada porque se trataba del pitcher previsto para un quinto partido que se jugaría siempre que ganases el cuarto.
Motivado por un impulso redentor, el zurdo de los Red Sox fue capaz de mostrar su mejor versión durante un relevo que le llevaría a lo largo de 77 lanzamientos desde la cuarta hasta iniciar una octava entrada, de la que hablaremos a continuación.
Al mismo tiempo, los Astros decidieron también que su previsible lanzador para el quinto choque, Justin Verlander, era la mejor opción para ir consiguiendo los outs hasta la llegada del closer Ken Giles, que estaría disponible al igual que Kimbrel para los últimos seis outs.
Sin embargo, Andrew Benintendi tenía otra cosa en mente y fue capaz de dar la bienvenida a Verlander vía home run con Bogaerts a bordo para situar el 3-2 y que Fenway Park enloqueciera.
La batalla de poder a poder entre dos enormes pitchers como Sale y Verlander nos llevaría hasta la octava entrada en la que a Sale se le pidió ir un poco más allá, quizás en exceso.
Una decisión cuestionada
La offseason en Massachusetts será caliente y está por ver los cambios que se producirán porque en una franquicia como está, ser eliminado en Series de División resulta inexcusable… y aquí llega el momento de John Farrell o su correa en el partido, Gary DiSarcina.
Recurrir a Sale para la octava entrada cuando su trabajo estaba hecho y no echar mano de unos frescos Addison Reed y Craig Kimbrel para los últimos seis outs será la comidilla durante las próximas horas, días y horas.
Tal como iniciara su turno de bateo contra Chris Sale en el primer partido, Alex Bregman sacaba la pelota del campo para situar el 3-3 y volver a poner las espadas en todo lo alto, pero nos problemas no terminaron ahí porque Sale se vio atosigado por la persistente presión de los bateadores de Houston para forzar su marcha y sacar petróleo contra Kimbrel gracias a Cameron Maybin, impulsado por Josh Reddick.
Otra carrera extra de colchón impulsada por Beltrán en la parte alta de la novena resultaría ser capital puesto que Ken Giles, al que se le pedía que lanzase las últimas dos entradas, concedía un home run dentro del campo al jovencísimo Rafael Devers.
Con el out sobre Dustin Pedroia, los Astros exorcizaban sus demonios del cuarto partido de Series de División de hace un par de años en los que tiraron por la borda una sólida ventaja contra los eventuales campeones, los Kansas City Royals.
En esta ocasión, serán los texanos quienes tengan la posibilidad de hacer historia mientras esperan a su rival en las Series de Campeonato entre los Cleveland Indians y New York Yankees.
Por su parte, la afición de los Boston Red Sox debe mostrarse muy orgullosa de la imagen de su equipo, que dio la cara y luchó hasta el último out durante los dos partidos en casa, pero no pocos cambios se avecinan en Yawkey Way y es posible que sea en múltiples niveles.