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BALONMANO

El Barça suma otra Supercopa en el nostálgico Quijote Arena

31-25. Siempre fue superior al Ciudad de Logroño en la pista de Ciudad Real, cuya afición se reencontró con el balonmano de élite
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El Barça suma otra Supercopa
en el nostálgico Quijote Arena
Mariano Cieza MorenoEFE

El Barcelona y el Ciudad de Logroño abrieron la temporada oficial 2017-18 con la pelea por la Supercopa, que ganó el Barça, su vigésimo título en esta competición en una semana que ha hecho doblete ya que el lunes se proclamó campeón del Mundial. El resultado 31-25 (17-11) muestra lo que pasó en el parqué de un pabellón casi lleno que vivió con nostalgia el regreso del balonmano de élite a su pista, tras la salida de su equipo para jugar en Madrid antes de echar el cierre definitivo con el apellido comercial de Atlético de Madrid.

La tacada del Barça es de seis Supercopas en el inicio del quinto año en el que parte con el reto de seguir invicto de manera consecutiva. Era favorito para ganar, para llevarse el título, y cumplió. Sin más. Sin mayor esfuerzo. Tan sólo se aprovechó de un Ciudad de Logroño que tiene mejor pinta de lo que se auguraba en junio, que ha hecho un bloque con calidad suficiente para dar la misma guerra y aspirar al segundo puesto de la Liga...si no da tantas facilidades con las pérdidas continuas de balón.

El Barcelona castigó al contragolpe, y además estuvo más listo, más hábil, más concentrado para recuperar balones. El equipo riojano tuvo tantos altibajos que se entregó pronto. Pero aún así se ve que tiene combinaciones suficientes que le darán empaque, porque tiene velocidad para mover el balón, porque encuentra superioridades, y porque tuvo el infortunio en algunos casos de toparse con un Gonzalo Pérez en plena forma.

Los dos equipos mostraron recursos que utilizarán en la Liga. El Barcelona apuntó a dar opciones para versatilidad de Donelec como lateral o como central, y con Lenne de lateral o extremo. Mientras se recupera Andersson o llega Palmarsson, alguien tiene que dar descanso a Entrerríos, el mejor del partido. El Logroño apostó media segunda parte por jugar con siete en ataque, con dos pivotes, con más equilibrio por ahora con Del Arco y Montoro, porque cuando optó con Paredes y Montoro juntos, la pareja de laterales más alta de la Liga, tuvo menos fluidez,. A la postre, el 31-25 sólo es una referencia de cara a la liga que arranca el miércoles.